tag:blogger.com,1999:blog-57813459769649296102024-03-12T19:16:28.522-07:00CENA POÉTICAEn Jerez de la Frontera, en la Calle Caballeros,10, donde hemos hallado un nido preñado del silencio de la ciudad al cerrar los balcones, algunas veces al año, cenamos juntos un grupo de amigos y amigas, de la palabra y la imagen. Lo que aquí te mostramos son pedacitos de estas amistades.Unknownnoreply@blogger.comBlogger45125tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-66156029369283591242012-11-13T06:49:00.003-08:002012-11-13T06:49:54.739-08:00Microcrónica cena poética OCTUBRE 2012 "NÓMADAS"<br />
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Éramos cinco.Los dedos de la mano. Los asistentes que viajamos a la cena poética.<br />
Era 19 de octubre de 2012. Otoño en Jerez, casi verano.<br />
Todos sin mucho visto, preparado. Espontáneo.<br />
Érase una vez una mesa en blanco, que se fue llenando de palabras y platos. Menú nómada que casi se escapa volando.<br />
Entrante: Caracoles nómadas " Cañaíllas con la casa a cuestas"<br />
Plato principal: Pollo indú " por aquello del nomadismo del viaje"<br />
Postre: Compota de membrillo " la búsqueda del nómada"<br />
Érase una vez un sofá en blanco, que coloreamos -diría Belén- y recubrimos de un sinfín de elipsis - en recuerdo a Tato-, un sofá blanco donde se sentó el pasado -con Jorge Garrido-, el nómada con su sedentario a cuestas y viceversa según la palabra de Juanjo y los aborígenes nómadas australianos decía Mon.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-Y7k2CNK6Ca4/UKJb7sTYUAI/AAAAAAAABI8/E-cpin0G-Ng/s1600/IMG_4369.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="http://4.bp.blogspot.com/-Y7k2CNK6Ca4/UKJb7sTYUAI/AAAAAAAABI8/E-cpin0G-Ng/s320/IMG_4369.JPG" width="320" /></a></div>
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Y se acabó. Íntimo, recogido, disfrutando. Se acabó la cena poética.Aquí , en las entradas que siguen, dejamos trocitos de lo que se leyó:<br />
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<ul>
<li><a href="http://cenapoetica.blogspot.com.es/2012/11/microrrelato-nomada-por-juanjo-julia.html">"Nómadas" , microrrelato por Juanjo Juliá</a></li>
<li>"<a href="http://cenapoetica.blogspot.com.es/2012/11/nomadas-por-belen-hernandez.html">Nómadas" poema por Belén Hernández</a></li>
<li><a href="http://cenapoetica.blogspot.com.es/2012/11/aborigenes-australianos-por-mon.html">"Aborígenes australianos" artículo por Montse Gómez</a></li>
</ul>
<br />
Gracias amigos, como siempre, y más, qué generosidad de intimidad con vosotros.Os descubro, os miro, en cada texto.<br />
¿La próxima? "Engaños" en enero. Para empezar bien el año.<br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-61930816691186535582012-11-13T06:46:00.001-08:002012-11-13T06:46:31.560-08:00Microrrelato "NÓMADA", por Juanjo Juliá<br />
<b>NÓMADAS</b><br />
<b><br /></b>
<b>Y entonces... cansado, me voy a dormir y sueño: Como cada día el pueblo está tranquilo. El silencio del amanecer tan solo se rompe con lejanos ladridos de perros, que con una cadencia perfecta resuenan a lo lejos. Algunos pájaros anuncian ya el inicio de una jornada en la que, con suerte, nada ocurrirá. La cafetera nos despierta ya a todos y cada cual se somete sin grandes emociones pero con dulzura y serenidad a la fantástica rutina diaria. Eterna felicidad que tan solo el dolor o la muerte puede momentáneamente interrumpir. </b><br />
<b>El día transcurre sin sorpresas, a lo más un chaparrón o la ocurrencia espontánea de algún animal o de un niño. Todo dentro de lo esperable. Todo. Hasta que al fin llega la noche y cansado me voy a dormir y sueño.</b><br />
<b> Me despierto siempre de la misma manera. Antes de abrir los ojos intento averiguar dónde me encuentro. En qué hotel de que ciudad me toca despertar ahora y a veces es imposible. Nunca tuve una casa propia, ni un lugar que pudiera considerar mi lugar, o como dicen algunos refiriéndose a ésto, supongo, mi hogar. Qué ajeno me resulta. Cada dos o tres días he de viajar. La única referencia fija que tengo en el mundo soy yo mismo. Aunque hay un cierto parecido entre las ciudades, en el fondo son diferentes. Nada hay más lejos de la rutina. Me siento feliz y afortunado de poder vivir de esta manera. Tan solo cuando al fin llega la noche y entonces, cansado, me voy a dormir y sueño.</b><br />
<b>Soy nómada por necesidad. sin orgullo de serlo. </b><b>Siempre el mismo sueño: un terruño, un amor, un futuro.</b>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-21574546421027854082012-11-13T06:46:00.000-08:002012-11-13T06:46:21.524-08:00Aborígenes australianos por MON<br />
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 14pt; line-height: 21px;">Australia I. Los aborígenes australianos.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
Llegar a Australia es irse muy lejos. No tanto como llegar a China pero queda a un rato. Quiero decir que no compartimos mamíferos ni paisaje ni cultura base aunque el mundo australiano, si nos limitamos a las ciudades, la barrera de coral y playas, y completamos con una pequeña incursión al Uluru sin detenernos mucho, es reconocible. Hace un siglo y alguna década no era así.</div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
Hace un siglo y alguna década llegaron los ingleses y transformaron Australia. Transportaron con ellos a roedores como los conejos y ratas o a los perros (el perro salvaje dingo, subespecie de lobo propia de Australasia, es el único mamífero previo que existía). Australia se convirtió en un hervidero de conejos y para terminar con ellos, se inventaron una enfermedad: la mixomatosis. Actualmente esta enfermedad mata a colonias completas de conejos en todo el mundo. Es decir, infestaron de animales externos un país, lo atacaron para solucionarlo y acabaron dañando al resto del mundo. Además de esta altisonancia animal, transformaron a los pobladores australianos llamados aborígenes, vistiéndolos, educándolos, colocándoles un rifle y, en definitiva, domesticándolos. En las fotos que quedan de la llegada de los colonos estaban desnudos, con palos y flechas, vivían en chozas y tenían una cultura nómada, basada en el conocimiento del medio ambiente y la supervivencia en un espacio árido (1892). En un tiempo récord se transformaron en indígenas disfrazados de ingleses, con armas inglesas y pose artificial (1904). Ahí empezó la aculturación de un pueblo entero, su masacre y debacle.</div>
<div class="separator" style="background-color: black; clear: both; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-EoA8ZzAQq4g/UJbVSNLlejI/AAAAAAAAAII/WcWh6w1IVw8/s1600/aborigenes+1892.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; color: #b89c09; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-decoration: none;"><img border="0" height="257" src="http://3.bp.blogspot.com/-EoA8ZzAQq4g/UJbVSNLlejI/AAAAAAAAAII/WcWh6w1IVw8/s320/aborigenes+1892.jpg" style="border: none; position: relative;" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
En nuestro viaje por este enorme país tuvimos que elegir zonas para no perdernos en la vorágine de abarcar más de lo posible. Elegimos Sydney y alrededores (Blue Mountains), la ciudad de Cairns y las playas e islas aledañas a su barrera de coral, así como los territorios aborígenes: Cape York y Alice Springs. En otras ocasiones os hablaré del resto del país que he conocido pero hoy me centraré en los territorios y, sobre todo, en el pueblo aborigen.</div>
<div class="separator" style="background-color: black; clear: both; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-s5Rll5iHf8o/UJbVRZkzScI/AAAAAAAAAIA/79MRoMMdF-8/s1600/aborigenes1904.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; color: #b89c09; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-decoration: none;"><img border="0" height="261" src="http://4.bp.blogspot.com/-s5Rll5iHf8o/UJbVRZkzScI/AAAAAAAAAIA/79MRoMMdF-8/s320/aborigenes1904.jpg" style="border: none; position: relative;" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
Quería conocerlos de cerca y la única forma era visitar sus lugares. Hay aborígenes adaptados por aquí y por allá, en muy pequeñas proporciones, aborígenes creativos que han expandido su arte (<i>Dreamings</i>) y han entrado con él en los circuitos comerciales, aborígenes universitarios que viven en las ciudades, pero yo quería visitar algo más real y mayoritario.</div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
Quedan dos zonas en Australia que aún son territorio aborigen y se rigen por leyes propias: Cape York al noreste del país, en la región de Queensland, el paso a la isla de Papúa Nueva Guinea, y el estado del Territorio Norte, cuyo centro, Alice Spring, es donde se encuentra la montaña sagrada Uluru, paso obligado de cualquier viajero que se precie. Las veces que intenté contactar con ellos recibía silencio o apenas un monosílabo o risas de los niños y niñas, o miradas ausentes. Solo en una ocasión, sin palabras, pude sentir a una mujer anciana, en pleno desierto.</div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
Viajamos durante varias semanas por estas zonas. Por Cape York en caravana todoterreno. El lugar es árido y está despoblado, desértico, como la mayor parte del país, los caminos están hechos de tierra es rojiza y polvorienta. Es necesario vadear ríos para poder avanzar por la zona y no hay alojamientos en los pocos pueblos que encontramos, apenas algún camping.</div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
Era ya el final de la estación seca, quedaba nada para la de lluvias, que se adelantó y nos cortó el paso a mitad de Cape York. Allí una barrera nos impedía seguir hasta el final a causa del peligro de inundaciones y, por tanto, de quedarnos atrapados y aislados durante meses así que tuvimos que dar la vuelta a un tercio de viaje.</div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-M_OfNkxYYbI/UJbVHoisdOI/AAAAAAAAAHk/nYR999OrJtg/s1600/camino+Cape+York.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; color: #b89c09; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center; text-decoration: none;"><img border="0" height="213" src="http://3.bp.blogspot.com/-M_OfNkxYYbI/UJbVHoisdOI/AAAAAAAAAHk/nYR999OrJtg/s320/camino+Cape+York.JPG" style="border: none; position: relative;" width="320" /></a>Mientras cambiábamos de planes mi cerebro rebobinaba el camino hecho, ocho días de tierra roja, polvorienta, de algún que otro canguro y walabee (pequeño marsupial) cruzándose por nuestro camino, de playas infestadas de medusas donde el baño está prohibido, de hermosísimos bosques de eucalipto, de diferentes especies, sobrevolados por bandadas de cacatúas blancas, bandadas de cacatúas negras. Una belleza. El eucalipto blanco, negro, la tierra roja levantando polvareda al paso. Cada árbol tiene su sentido en el lugar del que proviene. De allí los exportaron y llegaron hasta nuestra tierra para comerse nuestro bosque. Allí son los divinos naturales. Por el camino, entre otras cosas, nos encontramos un incendio. Era de tarde. Hasta la noche no cruzamos ningún poblado pero memorizamos el lugar para indicar a la policía o bomberos dónde debían acudir. Llegamos a un poblado indígena tarde ya, buscamos a la policía y les contamos la historia. Creímos que no entendían inglés porque ni se inmutaron; en fin, como ya habíamos tenido algún otro contacto frustrado con aborígenes nos dimos por vencidos. A los varios días supimos de la política australiana de dejar que se propaguen los incendios sin cortarlos como manera de renovar los bosques. Al tener un territorio tan extenso los incendios naturales siguen siendo como serían en antaño para la tierra, un método de rejuvenecer la vegetación.</div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
Los aborígenes son gris ceniza. Su rostro de facciones gruesas e inflamadas impacta. Están cansados, abrumados. Perdidos de sentido. El gobierno les ha ayudado de la peor forma posible, dándoles una serie de opciones vitales resueltas tales como casa o pequeña paga para que acabasen ya de negarse a sí mismos, renunciar a su camino de vida y acomodarse. Su cultura del nomadismo, de conocer cada animal, cada veta de agua en el desierto, para qué servía cada planta, de recorrer con los jóvenes durante años vastos territorios para que aprendieran la supervivencia, se ha sustituido en la mayor parte de los casos por el ocio y la venta de objetos artísticos simbólicos de su visión del mundo. Sus cánticos han ido enmudeciendo. En Alice Spring, ciudad del centro de Australia, desde donde se parte al Uluru, gran montaña sagrada, merodean por la ciudad lentamente, abotargados en los parques, tumbados en grupos en el césped al lado de sus cuadros. Y mientras la vida de los blancos contrasta activa, dinámica, llena de sentidos inventados, pero sentidos al fin y al cabo, la suya ha perdido su identidad. Esto es lo que he podido intuir de ellos, de su alcoholismo en algunas zonas ( en los pueblos aborígenes está prohibido pasar con más de una cerveza para consumo propio, hay ley seca) que sobrevive en las tabernas de los pueblos blancos vecinos a donde van en busca de sustitutos de vida real. Es la historia compartida con otros pueblos del mundo: los indios americanos, algunos pobladores de la Amazonía, etc. Les falta maternaje. Su madre vida los ha abandonado, les han segado la raíz de golpe los blancos. Tras llevarlos a los campos de opio y drogarlos como manera de mantenerlos trabajando como esclavos, tras organizar cacerías de pudientes que salían con escopetas a perseguirlos a ver si conseguían cazar cual alimañas a alguno de ellos, tras robarles a sus hijos por imponer que no sabrían quererlos durante generaciones, tras no pedir perdón oficial hasta el año 2000 y hacer un lavado de cara consistente en colgar unas cuantas obras aborígenes en el museo de arte contemporáneo de Sydney y otras cuantas acciones similares que afectan a una minoría de indígenas, han conseguido destruir a uno de los pueblos más fascinantes del planeta. Fascinantes porque en ellos late el instinto básico de la vida y simbiosis con el entorno, ese que nosotros vamos desechando en nuestro proceso de civilización.</div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-D0aPsAWig9M/UJbVXGzjxwI/AAAAAAAAAIU/JtKTCKYYBJo/s1600/Uluru2.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; color: #b89c09; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center; text-decoration: none;"><img border="0" height="213" src="http://4.bp.blogspot.com/-D0aPsAWig9M/UJbVXGzjxwI/AAAAAAAAAIU/JtKTCKYYBJo/s320/Uluru2.JPG" style="border: none; position: relative;" width="320" /></a>En el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, al lado de la roca sagrada Ayers Rock, una montaña de arenisca rojiza de 318 metros de alto y 8 kilómetros de perímetro situada en medio de una inmensa llanura al suroeste de Alice Springs, se respiraba el polvorífero calor del ombligo australiano. La inmensa piedra no me hacía sombra. Me resguardé en un chamizo de paja, abierto, con bancos. Una mujer vendía <i>dreamings</i> aborígenes y dos más la acompañaban. Se sentaron. Yo, a su lado. Quería respirar su espacio, compartir su lugar al ritmo de su lentitud. En silencio, escuché profundamente y entré en las historias. Estuve mucho más tiempo del transcurrido al lado de ellas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
La más anciana tenía planchados dos dedos de una mano, parecían derretidos por el sol. Su lengua sonaba constante, repetida, como un tambor de tierra. <span lang="EN-US">“Wantyeye-wantyeye the areke ayenge akweke-arle anerlenge. Apmere Alyanthengeke. </span>Itnearle akwetethe urnterrirretyarte” (“ Recuerdo que cuando era joven yo viajaba con mi familia por estas tierras y otras muchas lejanas a través de Uyetye mucho más allaá de Alice spring”) y seguía contando, creo yo, que mientras viajaba por aquella su tierra que usaba para la vida, propiedad de nadie, iba pintando aquellos y otros lienzos. Entré en su música, en su gesto, en sus entonaciones. Estaba contrariada con un guía que no dejaba exponer los lienzos, que traía enrollados, en el chamizo y defendía obcecadamente su postura aunque se sabía perdedora de la partida. Olía dulce, denso, pasado, como a vientre de hormiga lleno de miel. Se oía el calor del polvo y el latido del animal que cazaron, amedrentaron, drogaron, alienaron, al que le extirparon a sus hijos. Ese animal se defendía. Le latía la tierra, el irrernte-arenye o espíritu de sus ancestros, la fuerza de sus ceremonias, el carácter pujante de los antiguos levantando el cuello desde su lugar sagrado, la Ayers Rock, todo lo que no se cuenta con palabras. Y el guía, extranjero, no le permitía usar su casa para sobrevivir vendiendo lo único que les han dejado seguir haciendo: arte. Pero eso no se veía, sólo se olía. O tal vez se oía cual cadencia en el mejor de los casos, entre las palabras, en sus inflexiones y ritmos se daban forma los pesos del pasado. <i><span lang="EN-US">If you listen deeply and let this stories in.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="background-color: black; clear: both; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-9Nb9_ZAmEPA/UJbVKJsIgrI/AAAAAAAAAHs/IxuG_Ru9PlU/s1600/anciana+aborigen.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; color: #b89c09; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-decoration: none;"><img border="0" height="150" src="http://4.bp.blogspot.com/-9Nb9_ZAmEPA/UJbVKJsIgrI/AAAAAAAAAHs/IxuG_Ru9PlU/s200/anciana+aborigen.JPG" style="border: none; position: relative;" width="200" /></a></div>
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-mZDESGTO8ZQ/UJbVK6z6LRI/AAAAAAAAAH0/jR56M4T_Xz0/s1600/abor%C3%ADgenes.JPG" imageanchor="1" style="background-color: black; clear: left; color: #b89c09; float: left; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center; text-decoration: none;"><img border="0" height="150" src="http://4.bp.blogspot.com/-mZDESGTO8ZQ/UJbVK6z6LRI/AAAAAAAAAH0/jR56M4T_Xz0/s200/abor%C3%ADgenes.JPG" style="border: none; position: relative;" width="200" /></a><span lang="EN-US" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">Pasó el tiempo y me levanté sin hablar. </span><span style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">Le sonreí. Me sonrió. Me alejé y me llevé el olor a miel densa en el fondo de la garganta. Las moscas negras del desierto volvían a agolparse a mi alrededor. Me fui con una sensación vívida aún cuando no conseguí saber lo que gritaba aquella mujer hasta que pasaron unos días y realicé una esquina de la barbarie histórica que había sufrido este pueblo. Supe, entonces, que habían conseguido mantener algo casi tan importante como la dignidad: el didgeridoo, instrumento de viento tan simple que para tocar se debe insuflar partiendo de una respiración completa que lleva casi al trance, que parte de u</span><span style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">na <span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 8.5pt; line-height: 12px;">disposición de paciencia, relajación y positivismo, instintiva, desde la mayor simpleza,<span class="apple-converted-space"> y que por todo ello es tan difícil para los occidentales.Su</span></span> soni</span><span style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">do base es el drone (BR BR BR), bramar bajo, subterráneo de la tierra roja.</span><o:p style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;"></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
Como rezaba Adrian Tucker en 1997, la espiritualidad es mucho más que la conciencia de uno mismo, es la conciencia y la responsabilidad del conocimiento de nuestro lugar y nuestro rol en el mundo. Es saber las responsabilidades de cada cual por el pasado, en el presente y hacia el futuro.</div>
<div class="separator" style="background-color: black; clear: both; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">
<span style="text-align: justify;">No nos perdamos de vista porque todos ellos, aborígenes y colonos, son humanos como cada uno de nosotros. Y en nosotros va la semilla de todas esas posibilidades: de ser o víctimas sin voluntad</span><span style="text-align: justify;"> </span><span style="text-align: justify;">o </span><span style="text-align: justify;"> </span><span style="text-align: justify;">irrespetuosos invasores del ser ajeno. No somos ni más ni menos que unos y otros, solo depende de qué opción vital elijamos en cada uno de nuestros actos. ¿Quieres ser el que elija como debe vivir el otro? ¿Quieres ser el que deja que otros elijan cómo debes vivir? En distintos grados es la historia de cada día cuando la palabra respeto se maquilla.</span></div>
<div style="background-color: black; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="background-color: black; clear: both; color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Trebuchet, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px; text-align: center;">
MONTSERRAT GÓMEZ GÓMEZ</div>
<div>
<br /></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-58575229253553393292012-11-07T03:27:00.000-08:002012-11-07T03:27:37.957-08:00Nómadas, por Belén Hernández<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="ecxMsoNormal">
NOMADAS</div>
<div class="ecxMsoNormal">
<br /></div>
<div class="ecxMsoNormal">
A veces uno necesita irse</div>
<div class="ecxMsoNormal">
y necesita perder la referencia </div>
<div class="ecxMsoNormal">
y el rumbo cierto</div>
<div class="ecxMsoNormal">
y lanzarse a la vida y a las llamas.</div>
<div class="ecxMsoNormal">
<br /></div>
<div class="ecxMsoNormal">
Partir para empezar de nuevo.</div>
<div class="ecxMsoNormal">
Para soltar el lastre de ser quien siempre ha sido</div>
<div class="ecxMsoNormal">
sin distinguir quién es y quién podría llegar a ser</div>
<div class="ecxMsoNormal">
para salvarse</div>
<div class="ecxMsoNormal">
<br /></div>
<div class="ecxMsoNormal">
Y encontrarse a uno mismo</div>
<div class="ecxMsoNormal">
y atravesar el miedo de las incertidumbres</div>
<div class="ecxMsoNormal">
de la aún no vida proyectada en el futuro</div>
<div class="ecxMsoNormal">
y acurrucarse en la nostalgia de lo perdido</div>
<div class="ecxMsoNormal">
y valorar lo que había…</div>
<div class="ecxMsoNormal">
en la distancia.</div>
<div class="ecxMsoNormal">
<br /></div>
<div class="ecxMsoNormal">
A veces uno necesita irse… para poder volver.</div>
<div class="ecxMsoNormal">
<br /></div>
<div class="ecxMsoNormal">
Pero hay partidas sin retorno</div>
<div class="ecxMsoNormal">
buscando la esperanza en otro mundo</div>
<div class="ecxMsoNormal">
mucho más allá de este….</div>
<div class="ecxMsoNormal">
y cerrar con distancia las heridas</div>
<div class="ecxMsoNormal">
y coser con colores la esperanza</div>
<div class="ecxMsoNormal">
de empezar de nuevo.</div>
<div class="ecxMsoNormal">
<br /></div>
<div class="ecxMsoNormal">
Y en ellos… el adiós es permanente y para siempre.</div>
<div class="ecxMsoNormal">
Porque a veces uno necesita irse…. y no puede volver.</div>
<div class="ecxMsoNormal">
<br /></div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-38478471698028604762012-03-13T06:39:00.001-07:002012-03-13T06:42:50.523-07:00"Tres copas y un mal trago" (relato) por JUANJO JULIÁ DE AGARTRES COPAS Y UN MAL TRAGO<br /><br />Se acercó al mueble bar y cogió una botella de rioja que abrió no sin dificultad. Esas cosas solía hacerlas Alex. Colocó El vino junto con dos copas en la mesa del salón y llenó una de ellas. No podía tardar mucho. Era jueves y como todos los jueves vendría directamente del trabajo, se pondría el pijama, las zapatillas y bajaría a la cocina para cenar alguna cosa antes de ponerse a ver la tele. Los martes y viernes era distinto pues esos días le tocaba paddle y no llegaba hasta mucho más tarde, las más de las veces ya cenado, listo para meterse en cama. Esa era la rutina. Siempre igual desde hacía al menos tres años. <br /> Oscar ya tenía cinco años y se acababa de dormir, era un niño alegre y precioso. Desde que nació todo giraba alrededor suyo. La vida se había vuelto más aburrida: Ya no salían de marcha, ni iban al cine, ni compraban flores y tan solo hablaban lo necesario. Eso que llaman “amor”… se había acabado. Oscar crecía en una atmósfera tranquila donde no le faltaba de nada.<br />Dio un trago al vino, y luego otro. Estaba rico. Era un reserva del 94, suave en la boca, con un cierto regusto a avellanas. En realidad lo necesitaba pues de hoy no pasaría. Estaba dispuesta a dejarlo todo claro. Ya no más mentiras ni hipocresías. Ya no aguantaba más. Oscar necesitaba a su padre pero ella no necesitaba a su marido, así que no sería difícil llegar a un acuerdo.<br />Alex, tal y como estaba previsto no se hizo esperar. Serían casi las nueve cuando oyó la puerta de la entrada que se cerraba acompañado de unos pasos que se dirigían a la escalera.<br />-¡Alex!, ven al salón un momento por favor. Tenemos que hablar.<br />-Sí, cariño. Me pongo cómodo y ahora bajo.<br />Como odiaba que la llamara “cariño”… Sonaba a ironía, a mentira. Es curioso cómo una palabra tan dulce puede llegar a perder con el tiempo todo su significado, transformándose en un puñal hiriente, casi en un insulto. Esta vez no contestó nada y esperó.<br />-Hola cariño. ¿Pasa algo grave?<br />-Ya te he dicho que no me llames así Alex. No, no pasa nada grave, tan solo hablar contigo. Sírvete una copa y siéntate.<br />-No entiendo cómo puede molestarte que te llame cariño, además es que me sale sin pensar. No lo puedo evitar.<br />Por un momento la sangre se le subió a la cabeza, pero tuvo la fuerza para no contestar. No pretendía entablar otra discusión por una estupidez como esa. Esta vez quería que hablaran con frialdad y otra pelea lo estropearía todo.<br />-Mira, Alex, supongo que coincidirás conmigo que las cosas no nos van bien como pareja. Al menos en eso estarás de acuerdo. ¿No?<br />-¿Por qué dices eso? Claro que nuestra relación ha cambiado… Pero eso es hasta cierto punto normal. <br />-Ah, ¿Sí…? Tú ves normal que haga ya dos años que no hacemos el amor.<br />-No hace tanto…<br />-Dos años y veintisiete días exactamente. Fue por tu cumpleaños.<br />-Veo que llevas la cuenta. No voy a discutir pero no soy yo quien tiene la culpa de eso, quiero decir…<br />-No se trata de culpables. No lo hacemos porque no. No nos apetece porque ya no hay amor entre nosotros. Vamos ni amor ni nada. Nuestra vida de pareja se ha acabado.<br />-Pero…<br />-¡Déjame hablar!. <br />Necesitaba tranquilizarse. Sabía que si se alteraba no llegaría a buen fin y si le dejaba hablar iban a acabar mal, así que llenó las copas nuevamente y tras un breve suspiro prosiguió.<br />-Mira Alex. Después me rebates si quieres o expresas tu opinión pero déjame que te cuente lo que quiero decirte. No me interrumpas. ¿Vale? No hace falta que disimules más. Lo sé todo. <br />En ese momento se hizo un silencio. Sintió como el cuerpo de Alex se relajaba, por un momento parecía desplomar y por supuesto no tenía preparada ninguna respuesta que dar ante la contundencia de su esposa. Así que bajó la cabeza y como un niño de cinco años se puso a llorar desconsoladamente.<br />-Te repito que no pasa nada, no te preocupes.<br />Mientras le acariciaba con dulzura, continuaba hablando.<br />-Estoy segura que Isabel es una mujer bellísima y que te hace feliz. Yo me alegro de corazón por ti y puedes seguir disfrutándola si quieres. <br />Cuanto más trataba de calmarlo, más lloraba Alex.<br />-No es necesario que nos separemos. Seremos más amigos que nunca. Además yo también he encontrado a un chico que me gusta muchísimo. Quedamos también los martes y viernes. ¿No es fantástico? Nada ha de cambiar. Podemos seguir siendo felices.<br />Mientras rellenaba las copas por tercera vez, Alex comenzó a calmarse. <br />-Sabía que lo entenderías, por eso he decidido dar este paso. Es lo mejor para los dos. Nuestro hijo nunca sufrirá por una separación como ocurre a menudo en estos casos y seremos una familia ideal. ¿Qué te parece?... ¿No dices nada?... Piénsalo si quieres y verás cómo es la solución perfecta.<br />Alex parecía haberse calmado. Cogió su copa, suspiró, y bebió lentamente mientras decía:<br />-Ahora ya no me importa nada contártelo. Ni si me crees o no. Desde que nació Oscar no me habías acariciado como lo has hecho ahora, porque desde entonces, o quizá desde antes yo había dejado de existir para ti. Intenté muchas veces acercarme, hablarte, acariciarte, pero era imposible. Nunca te he engañado. Todas las sospechas que tú dices haber comprobado, las fui creando yo intencionadamente para producirte celos, y así llamar tu atención. No había tenido en cuenta la posibilidad de que no me quisieras o nunca quise aceptarlo. Lo siento. Me ha salido mal… Me equivoqué. O quizás no…<br />-Pero..<br />-No. Ahora sí que todo ha terminado. No más mentiras.<br />-Por favor. Piensa en Oscar.<br />-En él pienso. <br />Se levantó despacio. Se dirigió hasta la puerta y se marchó.<br />-No te vayas. Por favor.<br />Esas fueron sus últimas palabras. Se quedó petrificada y una idea absurda le ocupaba la mente. Por primera vez creía estar enamorándose de él.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-41656146055029256352012-03-13T05:52:00.001-07:002012-03-13T05:54:14.702-07:00Poemas de Pepa ParraDÍAS DE VINO Y ROSAS<br /><br /><br />La vida habrá de darme más rosas y más vino.<br />Habré de ver el mar desde el puerto de Rodas<br />una noche de agosto calurosa y festiva.<br />Todavía tendré del amor las guirnaldas<br />enredadas al cuello, y aún dormiré en los brazos<br />de un dios irreverente la ebriedad y el exceso.<br /><br />Aunque tal vez mi cuerpo descubra entonces marcas<br />del dolor, ademanes que la piel no derrota,<br />la vida habrá de darme mi parte del asombro.<br /><br />JOSEFA PARRA<br /><br /><br />_______________________________________________<br /><br /><br />MARTES DE FERIA<br /><br /><br />Imagínate, amor, que se enciende la noche,<br />súbita<br />ascua de desafíos y delirios.<br />Imagínate entonces que nos miramos, solos<br />nosotros en el mundo<br />y alrededor la música.<br />Que el vino nos desvela un camino secreto,<br />una vereda estrecha sobre la piel. Tenemos<br />el tiempo de un eclipse para reconocernos.<br />Cómo<br />desviarnos entonces, cómo cerrar las puertas,<br />cómo no comprender que hay un momento,<br />breve, para sentirnos infinitos.<br />Imagínate, amor, que es esta noche.<br />Cuánto<br />milagro entre dos cuerpos, cuánta llama,<br />cuánto desequilibrio. <br />Qué hermosura. <br />JOSEFA PARRAUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-78810842309651571412012-03-13T03:23:00.006-07:002012-03-13T06:47:49.088-07:00Crónica de la cena poética MARZO 2012 a "El vino"<p align="justify"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 200px; DISPLAY: block; HEIGHT: 134px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5719373227866057362" border="0" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/-mg0gTdcUPCY/T19LpfDV6pI/AAAAAAAABIc/v_9qcmiYPDQ/s200/IMG_2474.JPG" />El viernes, 2 de marzo, nos reunimos de nuevo en la Calle Caballeros, 10, un grupo de amigos y amigas para celebrar con vino textos ( y canciones) en torno a él. Estuvimos juntos Juanjo, Belén y yo ( de los asiduos de siempre) y se unieron a esta cena y esperamos que a algunas más Jorge Garrido, Antonio Flor y Pepa Parra. Un lujazo compartir, escuchar, desnudarnos con y ante el vino. Al ser la primera vez que el grupo se reunía y para algunas personas su primer encuentro con otras, el ambiente íntimo lo fue semiíntimo pero creo que algunas que otras chaquetas y gorros fueron cayendo. Las faldas nos las dejamos en esta ocasión.<br /></p><br /><p>El menú de rechuparse los dedos, con Juanjo como chef y Mon como pinche consistió en : </p><br /><ul><br /><li>Andanas de cabrales a la sidra y paté al oloroso,<img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 200px; DISPLAY: block; HEIGHT: 134px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5719373209420940466" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/-kSSwZ6qBGXY/T19LoaVrxLI/AAAAAAAABH8/nqsLprFFGkA/s200/IMG_2469.JPG" /></li><br /><br /><li>ternera con ciruelas al Pedro Ximénez y </li><br /><li>uvas con queso de tetilla y membrillo casero, acompañadas de Vino dulce Porto. </li></ul><br /><div>Una gozada y un placer sobre una mesa grana como el vino.</div><br /><div></div><br /><div></div><br /><div>Nuestro blanco sofá compañero dio paso, después, al verdadero postre: Juanjo nos entretuvo con un relato sobre las relaciones de pareja, Mon literaturizó su parto bajo el título "Él vino" ( en fin, un poquillo de trampa y tal), Pepa nos leyó algunos de sus poemas donde el vino aparecía como eje o de refilón, Belén escribió un texto dedicado a su hermano muy emotivo y Jorge nos hizo reir con diez décimas juguetonas con el nombre de Mon y la cantidad de denominaciones de origen que lo contienen. Antonio Flor esta vez musicó un poema de Pepa y nos ofreció canciones de otros. La próxima le toca también escribir que yo sé que lo hace muy bien.<br /></div><br /><div>Charla agradable, intercambio de experiencias, placeres en forma de libros, autores, cantantes... y un ambiente muy relajado.<br /></div><br /><div>Echamos de menos a Jesús y Mimi que casi nunca se pierden una y, por supuesto, a María José que este año nos preparará una cena poética en Toulousse ¿el seis de mayo?... por si alguien más se apunta ( ¿a qué sí, meri jo?). Se rompió la familiaridad de siempre para renovarnos con nueva gente fantástica y abierta al juego de escribir, contar, deshacerse y rehacerse en palabras. Nos gustó mucho.</div><br /><div>Antonio propuso el siguiente tema para la próxima. La muerte. Contundente. Sugerente. </div><br /><div>Para rendirle honor hemos elegido el viernes, 13 de abril, para reunirnos de nuevo.</div><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 200px; DISPLAY: block; HEIGHT: 134px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5719373216951887410" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/-aH_7t25lwU0/T19Lo2ZM5jI/AAAAAAAABIE/x7TIG2ES2T4/s200/IMG_2471.JPG" /><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 200px; DISPLAY: block; HEIGHT: 134px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5719373223108525762" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/-QcGXil8VloA/T19LpNVDvsI/AAAAAAAABIQ/YJByLERwuQo/s200/IMG_2473.JPG" /><br /><br /><br /><div>Y, para terminar, tras unas cuantas fotos fallidas, como cinco o seis ( el vino que ya empezaba a hacer su efecto) terminamos la sobremesa de la cena sobre las dos de la mañana, despidiéndonos, intercambiando datos los que no se conocían e hicieron buenas migas y sacándonos "la foto" elegida para recordar este día que tenéis encabezando esta minicrónica.</div><br /><div>Gracias, amigos y amigas, como siempre, por estar y compartir. Es un lujo teneros cerca.</div><br /><div>Y, por último, os dejo un poema que escribió Jorge Garrido tras la cena y nos envió. Me parece precioso y relata su perspectiva, complementaria y mucho más literaria que esta mía que os dejo en forma de crónica, sobre su vivencia de esta su primera cena .</div><br /><div></div><br /><div></div><br /><div></div><br /><br /><div>CALLE CABALLEROS, Nº10<br /><br />Pretendo una razón por no seguirte<br />y mil caminos se abren a perderme<br />tras tus huellas, prendido de temores,<br />brocales al alud de mi caducidad.<br /><br />Es tu mirada un campo de tacto nuevo,<br />y tu presencia inadvertido abrazo<br />en el que me hundo, niño perdido<br />en el cálido hueco de otra Sara Vial<br />que derramara sonrisas tan fecundas<br />como el resurgir metáforas inquietas<br />en las que lo real se nos confunde<br />bordado en el sentir, tan sinuoso,<br />que nos inunda sin ser visto.<br /><br />No es comulgar palabras ese motor<br />ni compartir manteles la agonía<br />que tras el postre se agigante,<br />viene después la Voz sin más disfraz<br />que la desnuda imagen de sentirnos<br />al desamparo grato de los versos,<br />ser los histriones sin guión ajeno,<br />pletórica y sublime nube tan real,<br />feliz recuerdo ya, toda contagio,<br />donde las despedidas sin adiós<br />_y besos tan locuaces como innecesarios_<br />nos unen más que ese otro lazo<br />de Muerte cierta que nos espera.<br />JORGE GARRIDO<br />(4 Mar) </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-74564122747172011972012-03-13T03:22:00.000-07:002012-03-13T03:23:08.077-07:00"10 décimas de Mon y el vino" por Jorge GarridoBusqué Denominaciones<br /><br /><br /><br />de Origen que tiene el vino<br /><br /><br /><br />y encontrélas a MONtones, <br /><br /><br /><br />no es muy cortito el camino:<br /><br /><br /><br />...<br /><br /><br /><br />En caldos ya nada extraña, <br /><br /><br /><br />consejos reguladores, <br /><br /><br /><br />añadas y pormenores, <br /><br /><br /><br />reflejan pródiga hazaña<br /><br /><br /><br />de una tal MON por España<br /><br /><br /><br />que se reparte en el mapa <br /><br /><br /><br />como se pega una lapa<br /><br /><br /><br />en una roca ostionera.<br /><br /><br /><br />Comenzaré en ForMONtera,<br /><br /><br /><br />¿Tierra firme? ¡No! ¡Isla guapa!<br /><br /><br /><br />...<br /><br /><br /><br />Cruzando el mar, a la vera, <br /><br /><br /><br />esa que en cava lidera, <br /><br /><br /><br />allí también, el MONtsán,<br /><br /><br /><br />un pirriaque catalán<br /><br /><br /><br />de modorra muy ligera.<br /><br /><br /><br />Y en el vecino Aragón <br /><br /><br /><br />también tiene nuestra MON<br /><br /><br /><br />su firma de buena mano: <br /><br /><br /><br />me refiero al SoMONtano,<br /><br /><br /><br />de fría degustación.<br /><br /><br /><br />....<br /><br /><br /><br />No es tan lejos, galleguiña, <br /><br /><br /><br />si tiras pal otro lao, <br /><br /><br /><br />pues también es afamao <br /><br /><br /><br />el de O MONte (en Santa Mariña)<br /><br /><br /><br />parroquia de buena viña,<br /><br /><br /><br />pan que con vino empalaga.<br /><br /><br /><br />¡Ah, que me salgan cuatro llagas!<br /><br /><br /><br />El de Baja MONtaná,<br /><br /><br /><br />navarro, dejado atrás,<br /><br /><br /><br />es un vino que te cagas,<br /><br /><br /><br />...<br /><br /><br /><br />Y Valdepeñas, en realidad, <br /><br /><br /><br />se llamaba ValdeMON, <br /><br /><br /><br />pero en tiempos del copón<br /><br /><br /><br />alguna santa hermandad<br /><br /><br /><br />hizo esa barbaridad:<br /><br /><br /><br />¡cambió denominación!<br /><br /><br /><br />_sabes que la inquisición,<br /><br /><br /><br />lo que hace, bien está_<br /><br /><br /><br />que también se vio afectá,<br /><br /><br /><br />Jumilla y no JumiMON<br /><br /><br /><br />.....<br /><br /><br /><br />¿Y por tierras extremeñas?<br /><br /><br /><br />¡No todo serán bellotas!<br /><br /><br /><br />No pecaremos de idiotas<br /><br /><br /><br />cuando hay uvas cacereñas,<br /><br /><br /><br />más altas que las cigüeñas<br /><br /><br /><br />en sabor y poderío,<br /><br /><br /><br />sobran pantanos y río<br /><br /><br /><br />frente al MONtánchez divino,<br /><br /><br /><br />que en la dehesa este vino<br /><br /><br /><br />te deja medio molío.<br /><br /><br /><br />......<br /><br /><br /><br />Sería tedioso largar,<br /><br /><br /><br />enumerar tanta cuna<br /><br /><br /><br />atinada y oportuna, <br /><br /><br /><br />buen mosto y fértil lagar<br /><br /><br /><br />en cualquier punto y lugar<br /><br /><br /><br />que señale a la sazón,<br /><br /><br /><br />que pasan, creo, del millón: <br /><br /><br /><br />vinos de MONtereal, <br /><br /><br /><br />MONtespejo, y especial<br /><br /><br /><br />MONte Castro, suavón.<br /><br /><br /><br />...<br /><br /><br /><br />MONtecillo y no sé cuántos...<br /><br /><br /><br />Vamos, que me voy a parar<br /><br /><br /><br />en esta tierra sin par<br /><br /><br /><br />de Andalucía y encanto:<br /><br /><br /><br />MONastrel, uva esperanto<br /><br /><br /><br />porque a todo el mundo une, <br /><br /><br /><br />y ni Noé quedó inmune, <br /><br /><br /><br />porque aquí es costumbre sana<br /><br /><br /><br />fin de enófila semana:<br /><br /><br /><br />sábado, domingo y lune.<br /><br /><br /><br />....<br /><br /><br /><br />De MONtilla, ¡qué buen plan!<br /><br /><br /><br />o el famoso Sandeman, <br /><br /><br /><br />que antes de la censura,<br /><br /><br /><br />por acción de infesto cura,<br /><br /><br /><br />tenía cierto ademán,<br /><br /><br /><br />se perdió la SandeMON, <br /><br /><br /><br />mujer de copa y mantón <br /><br /><br /><br />y salió er tío de la capa, <br /><br /><br /><br />que el vino aquí, tó lo empapa<br /><br /><br /><br />desde Argantonio "el trompón".<br /><br /><br /><br />...<br /><br /><br /><br />No quiero ser tan cansino, <br /><br /><br /><br />y, en vez de literatura,<br /><br /><br /><br />sería de caradura<br /><br /><br /><br />enumerar mosto y vino<br /><br /><br /><br />olvidando el dulce o fino<br /><br /><br /><br />de Domeq o de Caballero,<br /><br /><br /><br />del Puerto, en Jerez es primero<br /><br /><br /><br />lírica versión genial<br /><br /><br /><br />con Caballero MONal<br /><br /><br /><br />¡Lo mejor del mundo entero!<br /><br /><br /><br />...<br /><br /><br /><br />Este Jerez de remate,<br /><br /><br /><br />Xerez de MONdegas buenas <br /><br /><br /><br />que oliendo na más te llenas<br /><br /><br /><br />o el Cherry de mil kilates, <br /><br /><br /><br />no el otro, que es un tomate... <br /><br /><br /><br />¡Ah, perdonen, por compasión, <br /><br /><br /><br />que entre tanto y tanto MON, <br /><br /><br /><br />beodo de alcohol y verso,<br /><br /><br /><br />es detalle muy perverso, <br /><br /><br /><br />olvidar al Don SiMÓN.<br /><br /><br /><br /> (1 Mar)Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-83123069787256643992012-03-13T03:17:00.002-07:002012-03-13T03:20:26.243-07:00"Brindemos juntos, hermano mío", por Belén HernándezBRINDEMOS JUNTOS , HERMANO MIO<br /><br /> <br /><br />Siéntate conmigo aquí, hermano mío<br /><br />y tómate esa copa de vino bendecida<br /><br />y brindemos juntos por nuestras vidas<br /><br />por nuestras almas.<br /><br /> <br /><br />Porque de donde tú vienes, yo vengo,<br /><br />y donde tú lloras, yo lloro<br /><br />y el vino puede salvarnos.<br /><br /> <br /><br />Aquí no caben los espacios de colores,<br /><br />la inexplicable locura de una historia familiar<br /><br />que se pierde en la penumbra de otras tantas.<br /><br /> <br /><br />El vino va a mecernos, hermano mío<br /><br />y embriagará nuestra soledad y el miedo<br /><br />mezámonos en el silencio que salpica<br /><br />y mécete conmigo en su ternura<br /><br />dejémonos mecer y en su amargura<br /><br />abracemos de la mano aquí, esta pequeña muerte<br /><br />que sentimos.<br /><br /> <br /><br />Coge tu copa<br /><br />dame tu mano, y brindemos<br /><br />porque sé de dónde vienes<br /><br />y de ahí<br /><br />yo vengo.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-61351961310861225132011-12-05T12:42:00.000-08:002011-12-05T12:45:01.103-08:00CRÓNICA DE LA CENA POÉTICA A LA FAMILIA, NOVIEMBRE 2011<a href="http://3.bp.blogspot.com/-Og4RuvFEfag/Tt0tN_88ArI/AAAAAAAABHw/0zJk1z7Usas/s1600/IMG_1698.JPG"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 200px; DISPLAY: block; HEIGHT: 134px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5682748023340008114" border="0" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/-Og4RuvFEfag/Tt0tN_88ArI/AAAAAAAABHw/0zJk1z7Usas/s200/IMG_1698.JPG" /></a><br />El domingo 27 de noviembre nos reunimos en la primera cena poética del curso que, en esta ocasión, fue una comida. En C / Caballeros, 10 estuvimos Jesús Montero, Mimi, Mauro, Juanjo y Mon a donde trajimos nuestros textos en torno al tema de "La familia".<br />La comida, que intentó ser acorde al tema, constó de sopa de puchero, cocido y queso con membrillo; en fin, la típica comida que te pondría tu madre en casa, la típica comida familiar.<br />Disfrutamos mucho de vernos. Ya que nos hemos mudado a Jerez no tenemos tantas oportunidades como antes de compartir momentos entre nosotros y fue agradable y cálida la conversación aderezada por los llantitos de Rodrigo que no parecía del todo contento con tanta gente por casa.<br /><br /><br />Mimi se estrenó con una inquietante historia sobre una rotonda que no terminaba de trazarse y era curva constante, Jesús nos llevó a la Salamanca de unas decenas de años detrás en que vivió su infancia, Mauro enfocó la familia desde el grupo de referencia cerrado, estanco, Juanjo jugó con la idea de familias numerosas y de las anécdotas que en ellas suceden y yo leí unos poemas escritos durante mi reciente embarazo. Además Javier de Vejer estuvo presente con un texto que envió por correo y leí en su lugar y cuyo comienzo sugirió comentarios: "el verbo que se convierte en canto". Echamos de menos a nuestra querida María José, sobre todo, porque sin perderse una nos había acompañado desde el principio. A ver si en la próxima puede asistir de manera virtual desde Toulousse.<br />El gran sofá blanco nos sirvió de abrazo y hasta que anocheció contamos y recontamos. Un lujazo.<br />La próxima, a finales de enero. El tema: el vino.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-91529549733219927512011-12-05T12:37:00.000-08:002011-12-05T12:40:16.273-08:00El comienzo de las fiestas por JESÚS MONTEROCada 8 de septiembre, siendo niño, acompañaba a mis progenitores a la misa que abría las fiestas dedicadas a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Vega. Al principio también iba mi hermano, hasta que se hizo mayor. La ceremonia religiosa era muy preciada en mi casa como el punto de arranque principal de las ferias. Unos días que para nosotros lo eran de alegría y emoción. Por las mañanas, mientras no había clase, podíamos ver las calles llenas de gente, con el fondo musical de la gaita y el tamboril que acompañaba los bailes de la charrería y las carreras de los cabezudos. Por las tardes teníamos ocasión de acercarnos a los cacharritos de feria, al circo o al cine, que nos servían de amortiguador en el tránsito de las vacaciones al curso escolar, cuyas clases empezaban oficialmente el día 15.<br /><br />La misa era oficiada en la Catedral Vieja por el obispo de la diócesis, que se rodeaba de un séquito de sacerdotes, miembros del cabildo en su mayoría, ataviados con sus relucientes ropajes de casullas, estolas y manípulos. Don Mauro, como se llamaba el obispo, llegaba al altar con su báculo en la mano derecha, la mitra sobre la cabeza y una reluciente casulla blanca de filigranas doradas. Frente a ellos, en las primeras filas, se situaban las autoridades civiles y militares. El gobernador civil y el militar, el alcalde y el presidente de la diputación, los jefes de los cuarteles de caballería y de ingenieros, el jefe de la base aérea de Matacán, los jefes de la guardia civil, la policía armada y la municipal, el comisario jefe de policía, el rector de la universidad, los presidentes de la cámara de comercio, de la hermandad de agricultores y ganaderos, y de los colegios profesionales, los delegados provinciales de los ministerios, de los sindicatos verticales, del frente de juventudes y de la sección femenina… Iban vestidos de gala con trajes de chaqué y uniformes, mostrando corbatas, gemelos, galones e insignias, y, en muchos casos, bigote. Los acompañaban sus esposas, también de gala y con sus mantillas de encaje sobre las cabezas. No podían faltar en uno de los momentos señalados del año en que era necesario hacer una demostración solemne de los poderes que, victoriosos tres décadas antes, habían sellado un pacto inmejorable por ventajoso. En ese día se escenificaba mejor que nunca, con todo su boato, la alianza de la cruz, la espada y el dinero. Como testigo, por conveniencia o por devoción, la feligresía que llenaba los bancos del templo o se apostaba de pie como mejor podía en sus naves laterales.<br /><br />Y allí acudíamos, quizás por iniciativa de mi madre, que seguía así la tradición heredada de su familia cuando vivía no muy lejos de la catedral. También le gustaba mucho la música, que no faltaba nunca en ese acto, con el añadido de la presencia de dos de sus hijas en el coro. Una madre, en fin, devota, fiel al cumplimiento de los preceptos religiosos y en la asistencia al rito anual de la ceremonia solemne que se dedicaba a la que llamaba su virgen.<br /><br />Mi hermano disfrutaba de la misa. A mí, por el contrario, la mayor parte del tiempo se me hacía insufrible. Su duración me parecía una eternidad, me provocaba aburrimiento y, en ocasiones, lo sentía como una tortura. El himno de la Virgen de la Vega, el canto eucarístico “Beberemos la copa” y el “Aleluya” de Haendel hacían que mi estancia fuera por ratos más llevadera. Eran tres de lo cantos que interpretaba un coro de voces acompañado de un órgano y una pequeña orquesta formada para la ocasión. Su nombre oficial, la Coral, lo pronunciábamos con el orgullo de tener en ella dos hermanas. Una, de tiple segunda, y la otra, de contralto. Decía mi hermano con picardía, que yo le acompañaba con una risita cómplice, que eran de las del “chum-chum la-la-la”, para diferenciarlas del papel más relevante de las tiples primeras.<br /><br />No recuerdo cuándo se cantaba el himno dedicado a la Virgen, quizás lo fuera al final, pero sí mantengo el eco de su melodía y algunos pasajes de sus versos. Como el arranque tenue a base de voces femeninas: “Abre, madre, tus brazos / al hijo que a ti llega…”. O los emocionantes estribillos: “Salamanca te aclama, virgen de la Vega / tus vidas te ofrece, tus almas te entrega…”. Eran los momentos en que todo el coro, el órgano y los instrumentos de la pequeña orquesta resonaban con más fuerza en el amplio espacio del templo románico. Las bóvedas de su nave central y la espectacular cúpula sobre pechinas y cimborrio elevada desde el crucero acogían un sonido que si no me parecía salido del mismo cielo, al menos me sacaba de mi sopor y me emocionaba.<br /><br />Para evitar derrumbarme entre canto y canto, paliaba la situación mirando a la pequeña, casi imperceptible para mí, imagen hierática de la virgen de madera bronceada que era motivo de celebración. Y ante todo, al grandioso fresco del Juicio Final que Nicolás Delli, llamado el Florentino, había pintado en el siglo XV sobre el cascarón del ábside. Un fresco que se superponía sobre el retablo donde se multiplicaban las escenas de la Biblia que el mismo artista y dos de sus hermanos plasmaron en tablas enmarcadas con molduras de motivos góticos.<br /><br />Hacia ese cascarón miraba yo con la curiosidad de un niño al que no le habían dejado de hablar en casa y en la escuela del cielo y del infierno, y que el fresco me mostraba como la ocasión ideal para poder imaginarme cuál podía ser mi paradero futuro según hubiera obrado en la vida. Una escenificación del bien y del mal, presentados frente a frente entre sí. A la diestra de Jesús, que era mi siniestra, estaban quienes se salvaban. A la siniestra, mi diestra, quienes se condenaban.<br /><br />Mi mirada apenas se fijaba en ese juez severo y gesticulante que, situado en la parte superior y central, emitía su veredicto rodeado de ángeles, mientras el Bautista y la Virgen, orantes, testimoniaban su autoridad. Más atención prestaba al tropel de ánimas benditas que con los brazos levantados y las manos unidas iban ataviadas con unas túnicas blancas y pulcras, mostrando el agradecimiento por el premio de la salvación. Pero donde mi mirada y mi atención se centraban era en los cuerpos desnudos situados en la parte derecha de la pintura que iban saliendo de sus tumbas y acababan siendo devorados por un gran monstruo con dientes espinosos, paladar rojo y cabeza verde, representación del diablo. Una atención, la mía, quizás morbosa en la contemplación de lo prohibido: la de los cuerpos desnudos, aun casi asexuados, que el catecismo nos señalaba como uno de los enemigos de la humanidad, esto es, la carne, el mundo –¿a qué se referirían?- y el demonio.<br /><br />Me he preguntado muchas veces por qué esa mayor atención hacia lo escabroso del infierno en vez de centrarme en la dulzura del cielo. Por qué me fijaba más en los rostros aterrorizados de quienes caminaban hacia el abismo en vez de preferir el gozo de quienes habían alcanzado el reino de la felicidad eterna. Hace poco más de un año pude contemplar en Padova los frescos que Giotto pintó para la capilla Strovegni. Allí se encuentra representada otra escena del cielo y del infierno. Más clasista, eso sí, pues fue encargada por el hijo para salvar al padre pecador, un rico comerciante de la ciudad. Un tema recurrente en el mundo del arte, con una clara intencionalidad de buscar el efecto deseado. Durante casi dos milenios la Iglesia ha ido inculcando a generaciones y generaciones una conciencia moral para hacer del miedo uno de los pilares del control de nuestras vidas, presentando el premio final, pero a la vez resaltando la advertencia amenazante del mal. En la mente del niño que era yo surtió el efecto suficiente para creérmelo.<br /><br />Pasado el ecuador de la liturgia y llegado ya el momento de la eucaristía, la letanía del canto “Beberemos la copa” me elevaba el ánimo. Hoy me parece una melodía simplona, plana y de ritmo cansino, con la repetición constante de un “Amén, Aleluya” como coletilla en cada estrofa. Puede que me atrajera por esa sencillez, que la hacía más pegadiza. Puede también que lo fuera por el hecho de coincidir con el movimiento de gentes que a ritmo procesional se acercaban en busca de la comunión que administraban el obispo y sus sacerdotes. Era el momento en que se rompía para mí la monotonía y lo que me parecía el paso lento del tiempo. En todo caso lo prefería al majestuoso “Aleluya” de Haendel, cuya mayor riqueza compositiva y armónica me podría parecer estridente. No lo era, sin embargo, para mi madre y mi hermano. “Hijo, dónde vas a ir parar. Es mucho más solemne y más bonito. Fíjate en las voces y en la orquesta cómo resuenan. Emociona mucho más”, me decía mi madre. “Pues a mí, no. Me gusta más el ‘Amén-Aleluyá’”, le contestaba.<br /><br />A la salida del templo, después de casi dos horas de oficio religioso, me esperaba la alegría. En el paseo por las calles entre el bullicio de la gente podía ver a las charras con sus vestidos espectaculares de lentejuelas de colores, sus pañuelos blancos sobre la cabeza, y a los charros con sus trajes negros y austeros de chaqueta corta y sus gorros alados y cónicos en el centro. Desfilaban con las castañuelas al ritmo de la gaita y el tamboril, y de vez en cuando se paraban para bailar. También podía ver a los gigantes y al inmenso gargantúa apostados en la Plaza Mayor, y, por supuesto, a los temibles cabezudos. Hacerlo junto a mi padre, mi madre y mi hermano, mientras no se hizo mayor, me daba la seguridad suficiente para sentirme protegido, pero no para perder el miedo que llevaba por dentro. ¡Ay los cabezudos! ¡El terror que me invadía cuando en mi barrio oía a lo lejos el sonido del tamborilero que anunciaba su llegada! El Padre Lucas y la Lechera, a quienes cantábamos eso de “que venden leche por cuatro perras”. O el Negrito, la Bruja…, no recuerdo más… que se dedicaban arrear a diestro y siniestro con sus varas a la chiquillería.<br /><br />Era un tiempo de miedo. O de miedos. Con el paso de los años, todavía niño, dejé de tenerlo de los cabezudos cuando en una ocasión me atreví a ir solo con ellos echando carreras para evitar los palos. Después, ya adolescente dejé de tener miedo al infierno y sus demonios cuando dejé de creerlos. Aunque al poco empezó otro miedo. Éste, sí, de carne y hueso. Provenía de las autoridades civiles y militares con las que habíamos coincidido mi hermano y yo en la misa en honor de la patrona de la ciudad. Ya no corría delante de los cabezudos, sino de los uniformados de color gris y porra en la mano. Más tarde, ya en otro tiempo, fueron cambiando las caras y las formas de las autoridades y a la vez, el color de los uniformes. Supe también que el Padre Lucas era en realidad una deformación puritana del Padre Putas, el mayordomo principal de la casa de la mancebía que hubo en mi ciudad siglos atrás. Y que la Lechera era, por así decirlo, la puta principal. En el tiempo de mi niñez, en vez de la casa de la mancebía, sí un barrio chino famoso lleno de casas y putas para todas las clases. Unas, para los hombres de bien; y las más, para el resto. Quién sabe, pero quizás en consonancia con la distribución de las almas que se hacía en el cielo y el infierno. En la capilla Strovegni así se ve, no hay duda. En la Catedral Vieja de mi ciudad, puede que no. ¿O sí? Qué más da. A mí ya se me pasó ese miedo.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-1052853187827809722011-02-05T12:13:00.000-08:002011-02-05T12:58:22.235-08:00Muchos, muchos, muchos muertos por MONParece ser este el momento, lugar y hora adecuado para empezar desvelando un curioso misterio que siempre ha ensombrecido los textos de nuestro amigo el literato Guillermo de Shakespeare, también llamado Shespir, por ilusos y mentecatos.<br /><br />Debido a que tuve acceso a fuentes primarias y claras os he traído los textos de los finales previos a la resolución de la trama que se han dado a conocer hace tan solo unas semanas.<br /><br />En este foro ilustrado de catedráticos amigos, grandes lectores, analíticos, de la susodicha obra, espero tener acogida digna y bien recibida, pues esto que os voy a contar es la historia real, de Guillermito de Stratford-upon-Avon, en lenguaje popular, William Shespir.<br /><br /><br /><br /><br />Primer final:<br /><br /><br /><br /><br />Romeo, no te quedes al alba<br /><br />Romeo, escapa, Romeo, sal pitando a Mantua,<br /><br />Romeo… <br /><br />Ay, Romeo, ¿por qué no te levantas?<br /><br />Ya han sonado todos los pájaros, loros y cacatúas,<br /><br />Timbales, maracas, jilgueros y ruiseñores de palacio<br /><br />Y tú, aquí, enredado entre las sábanas…<br /><br />Que llega el coco, Romeo, viene dando largos pasos,<br /><br />Llega el pápa, el patriarca.. que nos mata!!<br /><br />El papa… <br /><br />Ay papa….Papa….mire, pápa, <br /><br />Si lo mata… se lo diré al santo papa<br /><br />Pápa, en serio, si lo mata…. <br /><br />Me chivo a toda la curia romana, <br /><br />Mire que es pecado, ¿eh?..<br /><br />Pues nada que no lo ablando, que lo mata…<br /><br />¿Lo mata? ¿Que lo mata? <br /><br />Pues me comeré una planta.<br /><br />No, no una planta cualquiera.. ¡esa!<br /><br />Ea , ¿cómo se llamaba?<br /><br />Esa, La Mandrágora<br /><br />Por ahí se acerca chillando,<br /><br />Pápa, retorciéndose las curvas, <br /><br />La planta envenenada <br /><br />que me trae la muerte pía<br /><br />-las cosas que hay que decir<br /><br />para estar en el candelero-<br /><br />Romeo, por ti muero <br /><br />Romeo, ceporro,<br /><br />que ni los loros te inmutan…<br /><br />Y vas a morir roncando, pavo Montesco, <br /><br />mientras yo estoy aquí penando.<br /><br />Tendrá guasa que la tenga que palmar así, <br /><br />sin público amado ni amante,<br /><br />En fin, se pierde mi forma humana. <br /><br /><br /><br /><br />Julieta cayose a lo largo del suelo <br /><br />y con el golpe rompió el mármol de carrara<br /><br />del palacio<br /><br />con su dura cabeza <br /><br />llena de ideas revolucionarias.<br /><br />que se esparcieron, <br /><br />llegaron hasta la aspiración sonora de Romeo<br /><br />y, cual espíritus visivos, rompieron su sueño<br /><br />y despertó ensimismado en sus pensamientos:<br /><br />Julietona, graciosona, vente pacá…<br /><br />Y contestó Capuleto:<br /><br />“Vente pacá tú que será tu último aliento”<br /><br />Ante tal torrente de voz apasionada <br /><br />Romeo alzó la mirada<br /><br />y abriendo los óculos cual paelleras<br /><br />quedó sin palabrejas.<br /><br />Del pescante de las cortinas voló la barra<br /><br />y ante la cabreada mirada perpleja del ama,<br /><br />que había pasado noches en vela<br /><br />cosiendo aquellos trozos de tela,<br /><br />arrojadiza el arma se hundió en la boca callada<br /><br />de Romeo Montesco.<br /><br />El padre de la nena, feroz, rodeado de dos cadáveres<br /><br />se daba por satisfecho<br /><br />mas el ama, despechada, <br /><br />aburrida de costura que no servía para nada,<br /><br />de hacer pasteles sin recibir ni las gracias<br /><br />y fregar descalza, <br /><br />decidió urdir su venganza inmediata<br /><br />y aprovechando la confusión y coyuntura<br /><br />clavole al papa enhiesto la espada de Romeo en la espalda.<br /><br />Mas en ese instante la señora Capuleto entraba.<br /><br />La voz del loro,<br /><br />que no se callaba,<br /><br />chilló y chilló <br /><br />cuanto su pecho daba ,<br /><br />pues era su dueña y señora la ama,<br /><br />la misma que andaba ensañada <br /><br />con la ocupación de limpiar el mango de la espada.<br /><br />No consiguió advertirla a tiempo…<br /><br />Así que en fin, resumiendo,<br /><br />la Capuleto se cargó al ama,<br /><br />el ama a la Capuleto a un tiempo,<br /><br />el fraile, que no estaba, se libró por poco.<br /><br />Y allí quedaron todos tiesos: la nena, el papa, el pavo de Romeo, la mama, el ama .<br /><br />Solo la Mandrágora chillaba<br /><br /><br /><br /><br />Shakespeare cuando terminó su obra, respiró contento y aliviado . Una cosa menos.<br /><br />Mas aquella noche no dormía. Un poco corto le había quedado el cuento.<br /><br />Vamos que la idea era la misma, todos muertos, mas poco convencido se levantó y pluma en mano inició un nuevo intento. A ver si le salía algo menos sangriento, aunque un algo en sí le obligaba a cargarse a medio elenco, o al elenco entero, dependía del momento. ¿Psicopatismo? En fin, que aún no había nacido la palabra.<br /><br />Consiguió seguir alguna escena más. Los vecinos ya habían corrido la voz de las grandes juergas de Guillermo, que cada vez que mataba a dos o tres se metía en el papel y disfrutaba cual conejo en celo, así que los médicos le andaban tras los talones. Prisa debía darse y así terminó, de nuevo, el cuento:<br /><br /><br /><br /><br />Segundo final:<br /><br /><br /><br /><br />Cabalgando al viento del norte<br /><br />se acercaba el fraile emisario a Mantua.<br /><br />Por poco tiempo se había librado<br /><br />de la peste.<br /><br />Venía en burro gallardo,<br /><br />rebuznando cual pollino,<br /><br />montado sobre su ganado,<br /><br />contento y requetelisto…<br /><br />Imaginaba el frailecillo<br /><br />lo que haría con las monedas<br /><br />que, sin dudar, el Montesco<br /><br />le daría como premio y prenda.<br /><br />Tal vez cambiaría el pollino<br /><br />por un caballo más digno.<br /><br />Podría empezar en las carreras,<br /><br />así, despacio,<br /><br />sin prisa ni problemas,<br /><br />apostando poca cosa...<br /><br />Mas de iniciado a ganador de perras<br /><br />llegó en cosa de dos minutos,<br /><br />después, a corredor de bolsa.<br /><br />Al final, cuando andaba por la presidencia…<br /><br />¡Se dio cuenta de que menos mal<br /><br />que se había leído el cuento de la lechera!<br /><br />y había andado con gran cuidado <br /><br />por no derramar el cántaro que llevaba<br /><br />sobre el papiro escrito <br /><br />para Romeo, el enamoradizo…<br /><br />Pues el sueldo<br /><br />del clero en aquel momento<br /><br />se había visto mermado<br /><br />por la mala prensa y hasta el incesto.<br /><br />En fin, que hay cosas que no cambian<br /><br />por los siglos de los siglos, eternos ….<br /><br />Al fin, que llegó Fray Juan<br /><br />y entregó el papiro sellado,<br /><br />esperó inquieto la respuesta,<br /><br />su merecido deseo.<br /><br />Y le pagaron encantados<br /><br />poniéndole el culo en la puerta<br /><br />y las piernas más atrás<br /><br />pues Romeo, olvidadizo,<br /><br />ya soñaba con otra pava,<br /><br />una que llegó a Mantua<br /><br />la noche que allí aterrizó,<br /><br />y, pues, para consolarse<br /><br />de tan ingrata fortuna<br /><br />que había tenido en Verona<br /><br />pasó la noche tranquila,<br /><br />retozando entre cortinas.<br /><br />Vamos, que ya Julieta <br /><br />había pasado a mejor vida,<br /><br />por supuesto, virtualmente.<br /><br />Fray Juan, ciertamente indignado,<br /><br />pues conocía a la niña desde niña<br /><br />decidió matar a Montesco <br /><br />con un fatal veneno.<br /><br />Le puso entre la mortadela<br /><br />que traía un sirviente a la casa<br /><br />un poco de aquel mejunje<br /><br />y se escondió tras la ventana.<br /><br />Vio como aquel Romeo infiel<br /><br />moría cual enemigo<br /><br />mas también como el criado<br /><br />confesaba ante Benolio<br /><br />su potencial peligro<br /><br />Ay madre, que me pillan,<br /><br />patas para que os quiero<br /><br />mas con tanto jamón y queso<br /><br />poco corría el obeso<br /><br />Lo pilló Benolio, cuchillo en mano,<br /><br />y en medio de la plaza mismo,<br /><br />lo atravesó de pecho a espalda <br /><br />mientras el fraile llamaba al Santo Papa<br /><br />Al móvil y le daba tiempo a avisar:<br /><br />"Crimen de los Montesco en contra del sacramento …"<br /><br />Poco claro había sido mas el Papa – de Roma-,<br /><br />más papista que el papa,<br /><br />decidió empezar en aquel momento <br /><br />cruzada contra los Montesco<br /><br />y, de paso, a favor de Capuleto.<br /><br />Ya que no quedaban infieles de otro tipo<br /><br />cualquier enemigo era bueno.<br /><br />En fin, que Julieta se apuntó a la guerra<br /><br />en su bando correspondiente,<br /><br />la mama, el otro papa, el ama,<br /><br />Fray Lorenzo, todos envueltos en armas,<br /><br />cargaron contra Montesco en el mismo cementerio<br /><br />por eso de ahorrar gastos <br /><br />de desplazamiento.<br /><br />Resumiendo, <br /><br />que el Fraile fue a por el suegro,<br /><br />el suegro a por el papa, <br /><br />Paris luchando con Julieta<br /><br />consiguió cargarse a la otra mama,<br /><br />el ama de puro milagro <br /><br />quedó viva por un rato<br /><br />mas en cuanto el loro cayó en combate<br /><br />perdió los estribos todos<br /><br />y en contra del pajarero de Montesco<br /><br />arremetió sin fortuna.<br /><br />Muerta también la criada,<br /><br />solo quedo el papa de Roma<br /><br />para hacer santo entierro<br /><br />y asignar a cada muerto<br /><br />y a cada difunto su tumba<br /><br />Ciento veinte siete de doscientas<br /><br />de las tumbas de Verona<br /><br />ocupadas por cadáveres <br /><br />de las santas cruzadas civiles.<br /><br />Vamos, que allí no quedaba ni patriarca,<br /><br />ni matriarca, ni primo lejano,<br /><br />para pagar los entierros<br /><br />ni orar ante los muertos.<br /><br />Así que el papa, cansado,<br /><br />aburrido de esta historia<br /><br />aon la corona en mano,<br /><br />corrió el telón y expiró despacio.<br /><br /><br /><br /><br />Ya la cosa había tomado forma, unas cuantas páginas más estaban hechas, pues el peso también importaba para los editores barrocos, y Guillermo, cumplidor, gustaba de tenerlos contentos. Lo de cargárselo inevitable, esta vez habían salido más muertos, no sabía esa manía a qué gen exacto se debía, más tan irrefrenable era que ya notaba el artista que el del quinto izquierda lo miraba con temor, con antipatía.<br /><br />Y así empezó el sarao. Llamaron a la puerta. El loro lo avisó: llaman, alteza. Siempre le había gustado la realeza. Corrió en pantuflas a abrir aún con el suspiro final de satisfacción de la obra bien hecha en el aire y entró el susodicho compañero de edificio. Con dos policías hembras. Y para más INRI, médicas.<br /><br />Pocas palabras contó, leyeron sus dos finales. Fue todo una conspiración y las pruebas fatales.<br /><br />Le pusieron la bata de cola blanca con mangas largas cual soga alrededor del tronco y desde entonces hasta ahora solo dos veces pudo encontrarse de nuevo con el teclado. La primera porque prometió como penitencia dejar vivo a Fray Lorenzo y a los ciento y tantos sin nombre tras verse amenazado por la hoguera mas no cedió para nada sobre el estado de los protagonistas de la trama bajo ningún concepto ni tortura ni palabra. La segunda debido a la crisis, cuando se hizo necesario enterrar a todo muerto en nichos comunitarios, ahorrando estipendios y apretando el espacio.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-35753875941972229162011-02-05T12:11:00.000-08:002011-02-05T12:13:44.389-08:00Reescritura a la barbateña/vejeriega de "Romeo y Julieta" por JUANJO JULIÁ<div align="justify">JULIO Y ROSAURA (ROMEO Y JULIETA)<br /><br />CORO<br /><br />Quien diga que hoy a los trece años<br />las niñas ya saben mucho más que antaño,<br />no han leido a Shakespeare.<br /><br />Aquellos que afirman que ya no hay amor.<br />Que el romanticismo del XIX nunca prosperó,<br />es porque no han visto a los adolescentes<br />perdidos, ensimismados, impotentes,<br />heridos (de amor). Sufriendo en soledad de puro inocentes.<br /><br />Tan solo pretendo demostrar con esto<br />que el Mito creado de Romeo y Julieta por profanos y expertos,<br />es falso. El final funesto no puede achacarse a un amor perfecto.<br />Más bien yo diría: A la inexperiencia, la incultura y a la falta de respeto.<br /><br /><br />PRIMER ACTO<br /><br /><br />Julio, Chaval de 18 años, hijo de los Relinque, pasea por la playa de Barbate, cabizbajo y triste. No puede pensar sino en su amada la cual lo ignora hasta tal punto que no sabe ni su nombre. Se encuentra con su amigo Jhotnatan Jesús: El Jesulín.<br /><br /><br />Jesulin- ¿Qué te pasa Julio? Levanta esa cara<br />Pareces un viejo, colega. ¿Quieres una caña?<br /><br />Julio- ¡Qué caña, ni caña! Déjame tranquilo<br />que no tengo fuerzas ni pa hablar contigo.<br /><br />Jesulín- Jesús. Vaya careto. Pues sí que vas listo.<br />¡Anímate hombre! ¿Quieres un pitillo?<br /><br />Julio- Ni fumo ni bebo. Déjame en paz.<br />Aunque...bien pensado... dame un cigarrillo<br />pues lo pone claro:<br />FUMAR PUEDE MATAR<br /><br />Jesulín- Anda, toma, fuma. ¡A ver si te mueres!<br />Dime: ¿Es una tía quien tanto te duele?<br /><br />Julio- Lo has adivinado. Qué listo que eres...<br />No la llames "tía" por favor. ¿Quieres?<br /><br />Jesulín- Vale, vale. Mujeres, mujeres...<br />Son tu perdición, te lo digo en serio.<br />Dime su nombre, si no es un misterio.<br /><br />Julio- Se trata de Ana. Ana Castrillón.<br />De Vejer. Si alguna vez la viste sabrás que es un bombón.<br /><br />Jesulín- Del Cerro de las Maldades. Un bombón envenenado.<br />¡Ay de ti! Te compadezco. Pobre desgraciado.<br /><br />Entra un criado.<br /><br />Criado- Shhhhh. ¡Eh niños!<br /><br />Jesulín- ¿Tú, qué quieres, picha?<br />¿No te han enseñado<br />a ser ni una mijita educado?<br /><br />Criado- Perdonen si ofendo. Pero yo a la escuela<br />nunca fui, lo siento..<br />Con siete años me dijo mi abuela:<br />A trabajá niño, que hacen falta perras,<br />Que pa tonterías habrá siempre tiempo.<br /><br />Jesulín- ¡Vaya con tu abuela! Pues si tienes ganas<br />dinos si tú quieres... para qué nos llamas.<br /><br />Criado- Pues mira. Resulta que no se leé<br />y va a haber una fiesta mañana en Vejer.<br />Es que mis Señores quieren invitar<br />a ciertas personas de aquí de Barbate.<br />Me han dado una lista y he de averiguar<br />donde reside aquí el personal.<br />Fíjense ustedes. Todo de gaznate:<br />comida y bebida habrá pa jartarse.<br /><br />Jesulín- ¿Quiénes son tus señores? Si se pué sabé?<br /><br />Criado- Morillo se llaman. Lo han de conocer.<br />Ayúdenme ahora en mi menester.<br /><br />Jesulín- Trae pa cá esa lista.<br /><br />Julio- Cuidado. Qué piensas hacer?<br /><br />Jesulín- Ayudá a este hombre. Tranquilo, escucha:<br /><br />Señores de Varo,<br />Señores de Rendón,<br />Señores de Oliva,<br />y aparte en la lista Señores de Castrillón...<br /><br />Criado- No, esos ya son de Vejer<br />Tan solo... Varo, Rendón y.... Aceituna<br />me han de indicar por donde residen<br />para darles así una a una<br />estas cartitas con la invitación.<br />Como es carnaval, to los invitados<br />habrán de vení con careta y disfrazados.<br /><br />Jesulín- Pues gracias hombre...<br />Digo... Que ha de ir por la calle principal<br />y al llegar a la plaza, pregunte al personal.<br />Allí mismo viven los que te he nombrado<br />y no habrá problemas en darle el recado.<br /><br />Criado- Pues... Gracias y Adiós.<br /><br />Jesulín- No hay ni porqué darlas. Vaya usted con Diós.<br />¿Has visto Julito, que oportunidad?<br />Comida, bebida, de ná va a faltar.<br /><br />Julio- Ya sabes que yo allí no puedo ir.<br />Relinque y Murillos desde hace ya años<br />no pueden ni verse.¿Te acuerdas en Los Caños?<br />A punto estuvo mi primo de morir.<br /><br />Jesulín- Pero con caretas, nadie se percatará.<br />ya has visto... están invitados los de Castrillón.<br />Estará tu Ana. Estoy seguro de que aliviarás<br />las penas que rondan a tu corazón.<br /><br />Julio- No sé, la verdad.<br /><br />Jesulín- Te lo han puesto a huevo.<br />No dudes, verás<br />que mañana estarás como nuevo.<br /><br />Julio- Pues no se hable más.<br /><br />Jesulín- ¡Ese es mi Julio! Mañana a las ocho con capa y careta.<br /><br />Julio- Con capa y careta... vale.<br />Iremos los dos en mi motocicleta.<br /><br />Jesulín- Hasta mañana.<br /><br />Julio- Hasta mañana.<br /><br /><br />FIN DE LA PRIMERA ESCENA DEL PRIMER ACTO<br />___________________________________________________________________<br /><br />JUAN JOSÉ JULIÁ DE AGAR</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-35226565060917081812011-02-05T12:07:00.001-08:002011-02-05T12:09:36.887-08:00"Una historia de amor" por JESÚS MONTERO<span style="font-family:georgia;font-size:180%;">Una historia de amor<br /><br /></span>1<br /><br />En 1895 Edith Lanchester y James Sullivan, militantes socialistas en Battlesea, una localidad del entorno de Londres, tomaron la decisión de convivir libremente, fuera de la institución matrimonial. Ella era una joven instruida de una familia acomodada y él un obrero autodidacta de origen irlandés. Todo un cúmulo de ingredientes que llevaron a la familia Lanchester a intentar disuadirla de sus intenciones. Para ello contó con la complicidad de George Fielding Blandford, un afamado y respetado médico especialista en enfermedades mentales, autor del libro La locura y su tratamiento. Él mismo acompañó al padre y a dos de sus hijos cuando fueron a visitar a Edith un día antes de que pudiera poner en práctica su deseo de iniciar la convivencia con James.<br /><br />2<br /><br />-Mira, Edith –intervino el doctor Blandford, intentando aportar una dosis de racionalidad fatua a una situación que se tornaba cada vez más difícil-, la decisión que has tomado no está acorde con lo que se espera de ti. ¿Te imaginas a ti misma con un hijo de un hombre que, quién sabe, puede acabar abandonándote después de haber obtenido de ti la más preciada virtud de la que disponéis las mujeres? ¿Te imaginas el dolor de tu propia familia, afligida por el mal causado y llevando a cuestas la cruz de la vergüenza? Pretender establecer una unión de amor libre con un joven que no es de tu condición no sólo sería para ti y para tu familia la ruina total, sino que, para serte más sincero, supondría un verdadero suicidio social. Nadie perdonaría a tu padre si no actuase como lo está haciendo ahora, que además, sabes bien, obra con la mejor de las intenciones. Ni yo mismo me perdonaría si dejara que un asunto como el que nos ha traído aquí, acabara siendo una mancha en el prestigio que me he ido ganando a lo largo de muchos años de duro trabajo. Entra en razón, mujer, que no te falta nada para que puedas encontrar un hombre que te haga feliz sin que tengas que mancillar el honor de tu familia.<br /><br />-Lo que realmente resulta inmoral es el matrimonio mismo –arguyó Edith con poco entusiasmo, consciente de que se enfrentaba a un muro insalvable de incomprensión-. Lejos de proteger cualquier tipo de honor, nos condena a las mujeres de por vida. Si yo aceptara casarme, aunque fuera el propio James quien me lo pidiera, acabaría perdiendo mi independencia.<br /><br />-¿Cómo puedes decir eso? –replicó el doctor-. ¿Acaso no eres consciente, como te dije antes, que puedas ser abandonada por ese hombre y quedarte sola con tus hijos? ¿Crees que de esa manera conseguirías tener la independencia de la que hablas?<br /><br />-No va a ser así, doctor Blandford. Dudo que James lo hiciera, pero en última instancia sería yo quien tomara esa decisión.<br /><br />La rotunda negativa a admitir semejantes agravios contra su dignidad fue la espoleta que llevó a mister Lanchester y sus dos hijos a coger por la fuerza a Edith, atándola de pies y manos y arrastrándola hasta el coche de caballos que esperaba en la puerta para llevarla a la Priory Institution, un lúgubre asilo privado donde habían planeado encerrarla en tanto no desistiera de su actitud. Les asistía la Lunacy act, una ley infame aprobada hacía medio siglo, mediante la cual una persona podía ser recluida por la fuerza si la familia lo decidía y tenía la conformidad de un médico. El doctor Blandford estampó su firma en un documento que certificaba la locura de Edith, como respuesta a una conducta que su entorno había sentenciado como descarriada. Lejos de avergonzarse por su atrevimiento a la hora de justificar médicamente la decisión de encerrarla, llegó a manifestar que “los mítines y escritos socialistas habían trastornado su cerebro”.<br /><br />La pronta reacción de James Sullivan y el apoyo que tuvo de su gente resultaron ser, sin embargo, la tabla de salvación de Edith. Aprovechando una modificación de la Lunacy act introducida cinco años antes, presentaron un recurso ante una comisión de apelación que tenía un máximo de siete días para resolverla. También airearon el caso en la prensa, haciendo que se abriera un verdadero debate en la opinión pública. Al cabo de cinco días la comisión dictaminó que Edith era una mujer con el pleno uso de sus facultades mentales, aunque con un añadido: estaba “equivocada”. Un resultado justo y una acotación que, pudiendo parecer que establecía una equidistancia entre una parte y otra, dejaba huella de una moral que fenecía.<br /><br />3<br /><br />Edith Lanchester y James Sullivan fueron protagonistas, muy a su pesar, de un caso que pudo terminar dramáticamente. Su tesón y rebeldía y la complicidad de tantas personas que pusieron su aliento por una causa digna resultaron ser el germen de su triunfo. Edith tenía en contra su condición de mujer, de la que se le exigía sumisión hacia la autoridad paterna y respeto a una moral estricta y timorata. También pesaba como una losa su pertenencia a una clase social distinta a la de su compañero, que reunía los estigmas de obrero, socialista e irlandés. El miedo a que la repercusión del caso en la opinión pública alcanzara cotas mayores permitió que se abrieran las puertas de ese infierno al que la habían condenado en vida. Su familia siempre tuvo la convicción de que estaba realmente loca, el subterfugio utilizado para justificar lo que consideraban una traición.<br /><br />No todo fue tan fácil. Hubo líderes socialistas que, dando muestras de prejuicios patriarcales heredados y un complejo de clase cobarde, se pronunciaron en contra de la postura de la familia Lanchester, pero juzgaron poco apropiado el comportamiento de la pareja por perjudicial para el prestigio del socialismo. Pese a todo, la convivencia libremente aceptada de Edith y James acabó durando cincuenta años. Esta vez el designio de los dioses y las ataduras fijadas secularmente en las mentes de la gente no pudieron separarlos. Su amor sigue perdurando, como perdura en cuantas personas lo entienden como proyección propia y hacia las demás. Que descansen, pues, para siempre.<br /><br /><br /><div align="right">JESÚS MONTERO BARRADO</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-47756577519874326742011-02-04T09:13:00.000-08:002011-02-05T12:11:49.784-08:00Romeo y Julieta: Crónica de Cena Poética ENERO 2011Nuestro querido amigo Jesús propuso para esta cena poética del viernes, 28 de enero, un tema en el que pudiésemos trabajar todos para ver nuestras diferencias de enfoque y estilo, un tema más concreto que los que suelen ser habituales, por lo tanto. Y el tema que finalmente acordamos fue ni más ni menos que "Romeo y Julieta".<br />¡Aupa la bravura! <br />Claro, resultaba un tema de tan manido poco conocido, y fuimos descubriendo cómo el mito del amor por excelencia era mucho más que esto en la obra de Shakespeare: desde la inmediatez del enamoramiento hasta la volubilidad de Romeo, la juventud (13 añitos) de Julieta o la histriónica comicidad de un final de asesinatos y suicidios en masa -todos en la misma tumba. Desde el ocioso o pacifista Romeo, dependiendo de la visión de cada uno y una, hasta la revolucionaria Julieta. Todo un viaje por el teatro. <br />Muchos nos releímos la obra, algunos hasta tres veces y otras casi ninguna. Pero eso no importó porque teníamos un perfecto contador de historias que nos puso al día durante la cena con pelos y señales, palabras exactas y ... aquello parecía una reunión de catedráticos de literatura de la vieja escuela.<br />Mmmmm... la cena fue de chuparse los dedos: <br /><br />De aperitivo Belén trajo unos deliciosos tomates con queso y albahaca <br />De primero tempura de verdura a los dos venenos ( uno con soja y otros ingredientes secretos que sería "el que mataba", el que se tomó Romeo; y otro con mermelada y otros ingredientes secretos, que sería "el que aparentando matar resucitaba aunque por poco tiempo", el que se tomó Julieta) <br />De plato principal Spaguettis cuerda del balcón con una riquísima salsa de tomate y nata <br />Y de postre: brazo de Montesco y Capuleto, storia di successo(uno de chocolate y otro de crema catalana...) <br />Los bombones de Jesús se quedaron olvidados sobre la repisa así como el vino de MeriJo en la nevera... cosas de la vida y de las cenas... porque entonces empezó un verdadero duelo amistoso sin muertes más que por risas accidentales de textos variados: Jesús nos dejó boquiabiertos con su exhaustiva investigación literaturizada basándose en un caso real de una pareja en la que, a pesar de las dificultades, triunfó el amor; MeriJo -breve e intensa- nos ofreció minirelatos de una línea para quedarse pensando y su deliciosa historia, con las palabras justas y medidas, pesadas, cuidadas, sobre las aventuras de otros desdichados amantes: el Tempranillo y su primer amor, por el que se echó al monte; Belén nos leyó un texto en tono jocoso sobre una Julieta tetona y culona y su pobre Romeo sumido en las grandiosidades de su amor e hizo una interesante reflexión sobre la relación padres y madres con sus hijos e hijas que nos dio mucho que hablar; Juanjo transformó las primera escena de la obra "a la barbateña y vejeriega" con personajes apellidados Morillo, Relinque y Castrillón, ¡os imaginaréis de qué iba el sarao! y a mí, como últimamente me pasa, a prisa y corriendo esa misma tarde, me entró la inspiración de lo cómico y enredoso, ocurriéndoseme un texto sobre el afán de Shakespeare de rematar sus obras con pocos mortales vivos, en fin, muchos muertos por todas partes. Y mención aparte para Antonio Aragón que aunque no vino en carne y hueso sí lo hizo en papel y letra... y nos envió un maravilloso relato de suspense con vuelta de tuerca final que causó la admiración de todos y todas nosotras. <br />Un poco de todo, una cena tranquila, algunas conversaciones interesantes y una nueva cita dentro de un mesecito con propuesta polémica por parte de Belén y el reto aceptado por los demás: las mujeres/ hombres de nuestra vida, pero así, sin mezclar, haciendo la escisión entre géneros. Propongo que cada persona elija la opción de ambas que prefiera ( hombres/mujeres), para no dejar puesto el tema también para la postpróxima cena. Una fecha posible: el viernes, 4 de marzo. ¿Qué tal os vendría?<br />Gracias como siempre, amigos y amigas, es un placer y un gusto escucharos y también lo es que prestéis vuestros oídos a nuestras palabras. Un lujo que vamos mimando cada uno y una de cena en cena... y curiosamente no se nos ve más gordos/as... menos mal que es solo ( sin tilde, mira que cuesta, ¿eh?) una vez al mes.<br />Mimi, te echamos mucho de menos y también a ti, Ascen, y esperamos que muy prontito vuelvas de nuevo con nosotros. <br /><br />MONTSERRAT GÓMEZ GÓMEZUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-35710279943612602142011-01-05T11:03:00.000-08:002011-01-05T11:13:59.543-08:00VERDE Y AZUL por Juanjo JuliáEl cielo viste hoy de grises por variar<br />y tú con verde mar y azul de Breña<br />resulta que resaltas.<br />¿Quién eres cada día?<br />Me acaricia tu saludo<br />y yo no puedo más que enamorarme.<br />Te miro, te deseo, te intuyo,<br />invento algún poema,<br />te invito a una sonrisa:<br />Quisiera conquistarte.<br />¡Tan frágil! Me abruma tu inconstancia,<br />el que dejes de ser en un instante,<br />mas si hay algo en mí de permanente<br />eres tú, mi amor,<br />tan siempre tú y siempre diferente.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-83642374450035570272011-01-01T09:27:00.001-08:002011-01-01T09:33:11.678-08:00El. Ella, ellos, los dos. por María José Soriano<span style="font-size:130%;">Basado en la historia de José María "El Tempranillo", bandolero de la sierra de Ronda.<br />Pincha en este link que te llevará al blog de María José Soriano para llegar al texto:<br /><a href="http://arasdeagua.blogspot.com/el-ella-ellos-los-dos.html">http://arasdeagua.blogspot.com</a><a href="http://arasdeagua.blogspot.com/el-ella-ellos-los-dos.html">/el-ella-ellos-los-dos.html</a></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-21551662182338962862011-01-01T09:24:00.000-08:002011-01-01T09:26:04.329-08:00Con leche por Belén Hernández<span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">Con leche</span></span><br /><br />Le preguntaron si prefería con leche o sólo. Le ofrecieron una amplia gama de colores en tazas indiscutiblemente limpias. Le dieron a elegir en una caja con distintos apartados de diferentes tipos de azúcar y sacarinas: terrones de azúcar blanca, azúcar moreno desmenuzada, sacarina en polvo o en pastillas, polvos de azúcar.<br /><br />Y ante tanta extensión de ofertas varias, se atoró. Atascó su mente y suplicó clemencia a la fatalidad que bloqueaba su expresión en el momento más inoportuno, ante un camarero interesante con atuendo de intelectual fortuito. Se sonrojó pero se miraron a los ojos un buen rato hasta que liberó su demencia: “ No, no, no no sé contestarte…. Lo, lo que tu quieras”.<br /><br />“Pues si te parece la taza la pongo roja, por eso de abrigar el peligro de lo impensablemente deseado, la azúcar te la echo en polvo por tu cintura, y lo de solo o con leche o lo eliges tú o nos vamos de este bar a recorrer calles cuando acabe mi turno en media hora”<br /><br />“Con leche. Te espero entonces”Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-31612664591722752902011-01-01T09:21:00.001-08:002011-01-01T09:23:53.566-08:00Exótica por Belén Hernández<span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">Exótica</span></span><br /><br />La conoció en una fiesta. Su traje rojo y elegante resaltaba la belleza de su cuello y de sus hombros…. el infinito espacio desde su cuello a su boca… desde su oreja a sus labios… desde sus labios al inicio de su pecho acariciado por el rojo de esa gasa de color rojo que viajaba en el espacio de su belleza a su boca.<br /><br />Era… exótica….morena, vigorosa.<br /><br />Se acercó a ella por la espalda y acercándose a su pelo le susurró lentamente:<br /><br />- La vida te debe besos<br /><br />Y ella sólo se volvió. Tan sólo se volvió lentamente y al encuentro de sus ojos en silencio suspiró, y no le dio el momento para anclarse para siempre a ese desconocido que le había resumido en un instante la pérdida de sus años deambulantes.<br /><br />Pero ella, no se iba a inventar ahora una historia de amor enloquecida, y agarrarse a la demencia de idear un delirio de futuro irrealizable… para una perdida aurora.<br /><br />Le miró profundamente a los ojos y sonriendo con amargura contestó<br /><br />- Como a ti, por eso albergas la esperanza de que algún día alguien, te colme de ellos.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-39647849416399034982011-01-01T09:17:00.001-08:002011-01-01T09:21:06.518-08:00Al calor de la hoguera por Belén HernándezAl calor de la hoguera<br /><br />Acércate hijo, acércate… que estas cosas sólo se pueden contar arrimaítos: cuanto más cerca mejor, cuanto más contacto mejor, cuanto más juntitos mejor… porque estas cosas dan escalofríos… pero de esos que recorren el cuerpo de la sien hasta la espalda y pasan por los piernas dejándote un sabor a soledad inevitable y a metal.<br />Por eso acercaos todos porque lo que os voy a contar no os va a dejar ni indiferentes ni tibios, que es bueno que se sepan estas cosas estando arrimaítos.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-10029959174568197002010-12-06T05:17:00.000-08:002010-12-06T05:21:48.682-08:00RESPLANDOR EN LA NOCHE por Jesús Montero Barrado<p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; font: 12.0px Verdana"><b><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></b></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 12.0px Verdana; min-height: 15.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Ese año la nochevieja la pasé en la montaña, en la Honfría, un paraje cercano a Linares de Riofrío en una de las estribaciones de la sierra de Francia que se acercan a los encinares de la penillanura charra. Allí estuvimos, en un refugio de montaña, a unos mil metros de altura, sin que nadie pasara y dejara fija su mirada pensando en la gente joven tan chalada que no dejaba de gritar, cantar y correr. Mil metros suficientes para tener como compañía permanente un frío que, no por intenso y menos porque fuera desagradable, lo percibimos en toda su dimensión como si fuera parte de nuestra piel y por tanto nada ajeno a nuestros cuerpos. Allí estuve con el amigo inseparable, el cómplice de las mil batallas, el confidente de las ocasiones perdidas; con su novia, casi siempre silenciosa; con el amigo impertérrito, contenido en palabras y ademanes; con la amiga que quería recuperar la sonrisa perdida en la soledad de la intemperie; y con el retoño de una flor que años después acabó marchita. Fue una de tantas escapadas a la montaña de varios días que solíamos hacer en las vacaciones de primavera, verano y otoño, y donde liberábamos al máximo nuestros ánimos para sentir el máximo de libertad dentro de nuestros propios límites. </span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana; min-height: 12.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Nunca la habíamos hecho en invierno, cuando el frío arrecia y los riesgos son mayores. El refugio fue la coartada, porque nos evitó llevar las frágiles tiendas de campaña que teníamos e hizo que los sacos de dormir pudieran hacernos soportar temperaturas más benignas. Aun con eso, debíamos recurrir a poner periódicos en el suelo a modo de aislante del frío que penetraba por el cemento del suelo y que en el amanecer se hincaba como un puñal que nos hacía tiritar.</span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana; min-height: 12.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Ese año decidimos pasar allí la nochevieja y allí la celebramos preparando la mejor de las comidas que podíamos, sin que faltara un dulce que no acuerdo cómo lo habíamos hecho, aunque sí que llevaba mermelada. Y no faltó el champán, del malo, por supuesto, que descorchamos al aire libre y bebimos a morro, la manera más espontánea de demostrar la comunión de quienes allí estábamos. ¡Qué bella fue esa noche estrellada, una liturgia pagana de brindis y cantos con los que recibimos al nuevo año que llegaba, en medio del bosque de robles y castaños desnudos que hacían de testigos mudos de nuestra alegría y nos ofrecían una alfombra de hojas secas! </span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana; min-height: 12.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Los días transcurrieron con un eje vertebrador: la comida. Lo primero, el desayuno, que constaba de huevos, tocino, chorizo, morcilla y panceta que pasábamos por manteca de cerdo; las comidas se componían de algún arroz hecho a base de los tropezones que encontrábamos o de patatas fritas en la sartén, con más carne, como la panceta o el chorizo, y alguna lata de sardinas, pulpo o algo por el estilo; y las cenas, unas sopitas calentitas de las de sobre, con la compañía de nuevo de las viandas y las latas. Una apoteosis de las grasas y las calorías que nos llevaba a subirnos a los árboles y gritar con fuerza lo que en eso días era nuestro lema preferido: “¡esto es vida y no la del cielo!”. </span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana; min-height: 12.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Y entre las comidas, los paseos, que podían parecer variaciones sobre un mismo tema, pero que resultaban bellos y divertidos: la Peña Chica, las Peñas del Agua y el Pico Cervero. El preferido, el paseo nocturno a la Peña Chica bajo la luz de la luna llena. Parecía que todo el monte era nuestro y que nadie osaba, o eso creíamos, quitárnoslo. La misma peña desde donde divisábamos por el día hacia el sur la sierra de las Quilamas, tupida de un color verde oscuro, casi negro al contraluz, que acentuaba los misterios de un tesoro enterrado desde tiempos de la morería. </span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana; min-height: 12.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Entre los pocos dones que tengo, uno seguro que no es la capacidad para engatusar a la gente y hacerla partícipe de lo que digo o pienso. Pero hete aquí que en uno de esos días me convertí en el causante de un miedo colectivo, que sin sentirlo por mi parte, transmití sin quererlo. Intentaré explicarme. Las noches de esos días de invierno las pasábamos junto al fuego, que hacía a la vez de la estufa necesaria para cortar el frío y de la argamasa para unir aún más nuestros sentimientos. Hablar de cualquier cosa, cantar, contar chistes o jugar a las cartas, bebiendo unos jaliguais de cocacola con ron, ginebra o güisqui y picando polvorones, turrones, cacahuetes o nueces, eran las rutinas con que llenábamos el tiempo hasta que el sueño nos atrapaba. </span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana; min-height: 12.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Y en una de esas veladas no se me ocurrió otra cosa que hacerles partícipes de la película </span><i><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">El resplandor</span></i><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"> de Stanley Kubrick, que no hacía mucho había podido ver en el cine Taramona. Sin saber el resultado de lo que finalmente ocurrió esa noche, me dispuse a contar lo de la llegada de un escritor, acompañado de su mujer y de su hijo, a un hotel situado en los montes Apalaches, donde aprovechó el trabajo de vigilante para poder concluir una de sus obras. Y así les fui describiendo cómo en medio de un paraje imponente de bosques de coníferas y nieve aislado del mundo se fueron sucediendo situaciones cada vez más sorprendentes y terroríficas: los recuerdos de unos asesinatos cometidos años atrás, los poderes extraordinarios del hijo, el cada vez más cambiante carácter de Jack Nickolson y la trepidante sucesión de persecuciones que inició sobre su familia y el pobre cocinero que acabó volviendo por allí. </span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana; min-height: 12.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Es cierto que en la Honfría no había nieve, pero sí un frío que pelaba por la noche. También es cierto que no había un bosque de coníferas gigantes como los que en América abundan tanto, pero no faltaban robles y castaños centenarios que, aunque fueran más bajitos, cubrían la oscuridad de la noche con sus mantos de tirabuzones. El caso es que la descripción maléfica que hice de Jack Nickolson con su hacha en la mano, su cara desencajada, su mirada asesina, su boca semiabierta por donde se asomaban unos dientes felinos o esa pierna herida que arrastraba mientras buscaba a sus corderitos para el sacrificio, todo eso, debió de llegar muy hondo a la mente de mis acompañantes. Las imágenes de los pasillos vacíos del hotel acabaron convirtiéndose en túneles interminables, como también se transformaron en un laberinto sin salida las calles que formaban los setos del jardín trenzados geométricamente. El fondo imaginario de los gritos agónicos de las víctimas y del resuello cortante del verdugo fueron la banda sonora de mi relato, y el cromatismo rojo de la sangre que se iba derramando acabó fundiéndose en el mismo color de la hoguera que nos calentaba. </span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana; min-height: 12.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Fue tal el miedo que les entró, que nadie osó salir del refugio para echar la última meadita de la noche. Las mujeres se quedaron con las ganas contenidas y los dos amigos sacaron sus mingas por encima de la hoja inferior de la puerta y desde allí lanzaron sus efluvios. Y yo, en un acto que no sé si fue de chulería, salí como si nada al abrigo del aire de ese momento de la noche que precede a la helada y, mirando a las estrellas que se entreveían entre las ramas de los árboles, dejé que mi cuerpo se relajara mientras pensaba para mis adentros: “¿por qué coño se habrán muerto de miedo?”.</span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana; min-height: 12.0px"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><br /></span></p> <p style="margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; text-align: justify; font: 10.0px Verdana"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Esa noche, mientras intentábamos conciliar el sueño y lanzábamos los últimos destellos de palabras, una frase se convirtió en la favorita de todas: “¡que viene el leñador!”. </span></p><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-37649746881026980452010-12-06T03:19:00.000-08:002010-12-06T05:20:58.313-08:00LAS BRUJAS por MonCrepitan las puntas de las faldas de las brujas alrededor del fuego. Es la noche la que danza a la luna. Se llena de alaridos infernales el humo, resbala gris por entre los pliegues de sus vestiduras acolchadas, ahuecadas, preñadas de loca vida de muerte inmensa, radiante, completa. Saben. Saben más que tú. Tienen el sueño contado, los sueños escritos antes de tú soñarlos. Quieres gritar con ellas, llorar de rabias, cantar plegarias, quieres que chirríen tus huesos al saltar dentro de la hoguera, quieres habitarlas, entrar en su desquiciada energía eterna, que se pierde, que se entrega, que se entregue y alimente la maldita cara de la sombra de la noche. Tan necesaria. Que se mueran las brujas para poder vivir eternas.<br />Cuerda, vacua, serena y pálida, sólo puedes observar desde tu oquedad. Ellas, te llenan.<br /><br /><br />Tienen secretos. Juntas, rasgándose las entrañas como si fueran una, comulgan sus cuerpos, todos sus miembros. Son las brujas. Se aman alrededor del fuego. Tienen secretos. Se cuentan alrededor del juego. Son mentiras de poder, sabidurías de mando, secretos de sin entender saber, secretos que van más allá de la leve, inerme lógica humana. Son las más humanas. Dicen palabras, no cualquier palabra, dicen PALABRAS. Con sus cabellos gordos y las manos mojadas, se secan al fuego, dúctiles como las llamas.<br />Cuerda, vacía, encandilada, sólo puedes cantar despacito su nana. Ellas, te duermen.<br /><br />Saben hacerlo. Te buscan. No fuiste tú quien llegó a ellas. Te arrastró el fuego. Sus pies y sus piernas empezaron a moverse inquietas. Volaban sobre las chispas encendidas, trastabillaban, imperiosas agitaban su fuerza y no paraban. El fuego, tan seco. Las brujas, tan negras. Tan listas. Huele a romero, a pocas sonrisas, a risas bulliciosas, transparentes, instintivas, a risas que se desgajan frente el fuego.¿ Se ríen del mundo?. No. El mundo es sólo un juguete redondo. Hay mucho más más allá del inocente mundo. La enorme consciencia de la vida y la muerte eternas.<br />Rijosa, rebosante, consciente, abierta, voy directa a la hoguera. Ellas, me queman.<br /><br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br />Despiertan las hadas. <br /></div><div><br /></div><div style="text-align: center;"><b>Montserrat Gómez Gómez</b></div><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-48132093285576631922010-09-29T02:11:00.000-07:002010-09-29T02:18:45.271-07:00<a href="http://1.bp.blogspot.com/_t8_r-Ehs9T4/TKMEPIyPqCI/AAAAAAAABHI/jr9xqdi88u0/s1600/e_barcelo_immayoung-girl-wi.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 200px; height: 150px;" src="http://1.bp.blogspot.com/_t8_r-Ehs9T4/TKMEPIyPqCI/AAAAAAAABHI/jr9xqdi88u0/s200/e_barcelo_immayoung-girl-wi.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5522262226189133858" /></a><br /><strong><strong>Trasiegos </strong></strong><br />Trasiegos que quiebran la fragilidad en colores <br />lilas, naranjas, bermellones, amarillos, <br />verdosos y azulones<br /> <br />Cuelgan las tetas negras, <br />los brazos y las piernas negras, <br />las cabezas negras<br /><br />Filamentos de seres <br />que apenas se sostienen<br />mínimas las carnes<br />estiradas de vaivenes<br /><br />El color redime la nada<br /> el gesto<br />que dobla<br />que no humilla<br />que ejecuta un baile de negras<br />que apenas <br />que casi<br />existenUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-60928175894506737002010-09-19T06:38:00.000-07:002010-09-19T06:44:34.764-07:00Otros pueblos, otras gentes. La isla del sol. POR MON.<span style="font-family:arial;font-size:130%;color:#660000;"><span style="font-size:180%;color:#cc0000;"><strong>La isla del Sol, Lago Titicaca, Bolivia</strong></span> </span><br />La diversidad del altiplano andino, lo primitivo de la selva amazónica, la visión del desierto de sal más grande del mundo, el mar del lago Titicaca y los restos de las antiguas civilizaciones Tiahuanaco, han hecho que Bolivia se haya descubierto a mis ojos como un paraíso de sorpresas y gentes puras de corazón.<br />Hay lugares que por su misticismo y la nube de leyendas que los rodea están presentes en nuestra geografía mental. Eso sucede, sin duda, con el lago Titicaca que, además de en los libros de texto, se encuentra en la mitad occidental de Bolivia. Perú y Bolivia comparten las aguas de este que es el lago más alto del mundo.<br />Rodear un mar entre los andes es una de las maneras de acceder al país por tierra, pasando desde Juliaca, desarrapada ciudad del sur peruano, hasta los criaderos de trucha que siembran los primeros Km de Bolivia, suaves colinas, explanadas doradas de caña totora y altas cumbres nevadas de fondo, ya muy cerca de Copacabana. El momento exacto en que mis pies pisaron por primera vez la tierra boliviana coincidió con las fiestas del pueblo del paso fronterizo y me obligó a la carrera delante de un novillo que, justo en ese instante, los festejantes soltaron.<br />Copacabana es un pequeño pueblo en el que convive el ambiente bohemio con las peregrinaciones católicas y los jubilosos bautismos de los domingos a los coches nuevos que llegan desde distintos lugares del país. Además de ello y de no tener nada que ver con la playa brasileña que lleva el mismo nombre, está bañado por el Lago Titicaca y eso le dota de infraestructura turística y de un riachuelo permanente de viajeros que parten hasta la Isla del Sol y la Isla de la Luna<br />Cuentan antiguas voces que aquí se originó el inicio del mundo. Manco Cápac y Mama Ocllo eran el primer hombre y la primera mujer, pero tuvieron la mala suerte de nacer cada uno en una isla: uno en la Isla de la Luna y la otra en la Isla del Sol. Para compensar este infortunio la divinidad le otorgó a él la virtud de la constancia y a ella la de la esperanza. Él cavó con un pequeño utensilio un túnel bajo el Titicaca para llegar a la isla vecina pero cuando estaba llegando, después de años de constancia, se dio cuenta de que se encontraba a tal profundidad que le sería imposible escalar hasta donde Mamá Ocllo. Entonces, ella, que llevaba esperando y esperanzada toda la vida tejió una soga inmensa y él pudo escalar y tuvieron decenas de hijos que se repartieron por el mundo. Una entretenida y amorosa versión de los roles de género. La mitología del lago es inmensa, contradictoria y deliciosa de escuchar. La vida de los actuales pobladores parece parte de esa mitología. Se autogobiernan.<br />En esta pequeña Isla del Sol que se puede recorrer de norte a sur en una mañana de camino, las famosas ruinas Tiahuanaco apenas captaron mi atención que se desvió hacia la belleza del árido paisaje, los cabos, las playas y el azul del mar que nos rodeaba. En el norte de la Isla del Sol es necesario expirar, suspirar a menudo para vaciarte de la mochila que traes de casa. Observar. Dejar que el tiempo pase y la pobreza de las pocas edificaciones, la mezcla de animales y personas en la playa, te acerque a la simpleza, al paraíso. Los hombres, niñas, mujeres, vacas, burros, gatos, lanchas y pescadores se mezclan en la arena y el agua y te sobreviene el silencio de no escuchar ni un solo motor.<br />Paramos en una venta en lo alto de la montaña tras caminar toda la mañana bajo el sol de la isla y allí conocimos a un hombre, de tez morena, gesto claro y sereno, y cierta edad. Nos contó todos sus secretos. Entre ellos estaba la existencia de un templo de oro de la sabiduría situado en medio de la isla donde la verdad sin tiempo ni espacio se mostraba sólo para aquellos que eran lo suficientemente cristalinos. No era nuestro caso que no conseguíamos ver más que su amplia sonrisa. Por último, nos explicó el sistema de rotación de cultivos de estas comunidades. Habitan en la isla tres pueblos: Challa, Challapampa y Yumani, hay seis áreas de cultivo en cada comunidad y dos parcelas de cultivo por familia en cada área: una en la parte superior y otra cerca del mar. Los cultivos rotan y el consenso comunitario decide qué se plantará en cada área cada año, si maíz, papa, habas o cereales como la oca. Toda la isla se halla escalonada en terrazas para aprovechar el terreno. Estas terrazas datan de la época Tiahuanaco para algunos, para otros fueron Manco Cápac y Mamá Ocllo quienes, tras encontrar aquí la tierra prometida guiados por un cetro de oro, enseñaron a los isleños a aprovechar sus recursos.<br />En la zona norte de la Isla del Sol puedes ducharte de 10 a 12 cuando hay agua. El resto del día puedes pasarlo navegando, charlando con los pescadores sobre sus sueños de dejarla algún día y perdiendo la vista entre los animales, objetos y personas que se mezclan por doquier.<br />En la Isla del Sol encuentras refugiados. Una pareja de argentinos bellos y jóvenes que lo abandonaron todo y se fueron a criar allí a sus hijos subsistiendo de la artesanía.<br />En la Isla del Sol la comunidad de Challas se reúne en el campo de baloncesto para charlar sobre cuestiones comunes. Las mujeres, apiñadas en las escaleras, tejen y musitan entre ellas. Los hombres discuten y participan públicamente en aymará, lengua prehispánica de esta zona andina.<br />En la Isla del Sol conocí a tres niñas: Claudia, Sandra y Jimena. Paseé con ellas en su barca y me peinaron trenzas. La manera de colocar los enseres en el embarcadero de Claudia, de 11 años, y su gesto al asegurarse de que la dejaba bien sujeta la hizo crecer 14 años en cinco minutos.<br />El sur de la isla son un cúmulo de restaurantes y hoteles, de reciente creación, con algunas curiosidades: uno de ellos con un jardín botánico espectacular. Pero apenas más que irrealidades. Lo real, lo legendario, está en el norte, entre cuentos.<br />MONTSERRAT GÓMEZ GÓMEZUnknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5781345976964929610.post-83320140456394571702009-08-05T02:29:00.000-07:002009-08-05T02:31:54.586-07:00<a href="http://2.bp.blogspot.com/_t8_r-Ehs9T4/SnlRMzkj4kI/AAAAAAAAAD4/U619xr0JYas/s1600-h/odiseo+y+pen%C3%A9lope.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5366409711432491586" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 149px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_t8_r-Ehs9T4/SnlRMzkj4kI/AAAAAAAAAD4/U619xr0JYas/s200/odiseo+y+pen%C3%A9lope.jpg" border="0" /></a><br /><div>Penélope<br /><br />Con sus cuatro cositas entre las que no estaban ni la rueca ni el telar, desprovista de oropeles, Penélope se embarcó. No le esperaba la gloria de una batalla, ni la custodiaban guerreros consagrados en hazañas épicas ni siquiera se hizo acompañar de sus fieles esclavas. Un comerciante de baratijas que izaba sus velas en dirección contraria a la epopeya, la aguardaba. Estaba tan hermosa! Desprovisto de velos su rostro, se le alumbraban los ojos de un verdor tan intenso que parecían reverdecerle de deseos acumulados.<br /><br />La mañana limpia le despertaba emociones retenidas. Aquella mañana en que el esposo le susurraba tibias palabras desprendídas de su voluptuosidad satisfecha. Cuando apenas se había silenciado la música de las fiestas nupciales y los cuerpos amantes sudaban los deseos cumplidos, Ulises le anunció su partida. Le brillaban los ojos de yelmos y de espadas, le balanceaba el ánimo de duermevelas de asedios y batallas, los cantos de sirenas se traslucían en sus palabras…volveré.<br /><br />Volveré, tres sílabas para anunciarle un destino, para abandonarla dejándola retenida , para seguir su rumbo a una Itaca lejana . Los dioses lo habían alumbrado para la gloria, embellecido de laureles heroicos, tejido de ardides olímpicos, estaba hecho de lo que se hacen los héroes, de odiseas hacía sus sueños de eternidad no compartida. A ella le reservaba el gozo de haberla amado que debería colmarla y acompañarla tejiendo como las olas un destino que cumple su rutina limpiando en la blanca arena las huellas de otras vidas.<br /><br />Lo amó como se ama a los héroes, adorándolos y temiéndolos. Amó su belleza en un cuerpo medido a cinceles, esculpido a ritmos de números divinos, y que acorazaba su textura bajo mármoles a estatuas destinados Tuvo que venerar lo que no la había alcanzado, las caricias que no la tocaban, las miradas que sólo se destinan a la historia , los besos que sólo queman honores y famas en la posteridad que era a quién él amaba.<br /><br />Temió más que su ira, la soledad al que unos versos eternos lo abocaban. Saldría a buscar lo que nunca espera engañado por dioses, cíclopes y sirenas que lo alejaban, lo alejaban…<br /><br />Ella le dio lo que él le había demandado, una noche nupcial de virgen consagrada. Fue y gozó como hembra hermosa pero nunca esposa. Escupida después de amada, se alejó desvaneciéndose en los humos de una hoguera que Ulises divisó a lo lejos pero cuyos presagios no adivinaba. Penélope sacudió las madejas, apartó la rueca y deshizo la espera, corrió decidida agarrándose al coraje, rechazando a cualquier pretendiente que la encubriese en su gloria, su vida sería de ella.<br /><br />Era joven, hermosa, comenzaría su Odisea…Y embarcó. Cada primavera había subido a ese barco donde Calixto iba mostrando sus mercancías desvelándole los misterios que guardaban: caracolas que encerraban sonidos mágicos, cristales que iluminaban en todos los colores, enigmáticas geometrías incisas en rojizas vasijas, amuletos de dorados cobrizos y aquella manzana de brillos solares que Calixto afirmaba, había recogido del mismísimo jardín que la diosa Hera cultivaba en la tierra más fértil y hermosa de occidente. Y cada primavera renacía escuchándolo, mirando al hombre que la tenía sin retenerla, que la colmaba sin poseerla, que le descubría la hermosura en lo que miraban, en las palabras que los enlazaban, en las miradas que los enhebraban, en cada recodo que doblaban…Era sólo un hombre que la amaba y amándolo doblarían tempestades, cabos o bahías soleadas, descenderían en puertos lejanos, navegarían ríos de plata o recorrerían paisajes yermos coloreados de malvas atardeceres, los despertaría una delicada niebla que guardaría sus abrazos y caminarían la vida absorbiéndola paso a paso…<br /><br />Era su Odisea, dejaba un hijo que no confió a los sueños de Atenea y olvidada una leyenda hilada en una rueca que giraría la espera del héroe que navegaba hacia su Itaca. </div><div> </div><div>MJ</div><div> </div><div>que cada viaje sea vuestra Odisea...<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /></div>Unknownnoreply@blogger.com3