martes, 13 de marzo de 2012

"Tres copas y un mal trago" (relato) por JUANJO JULIÁ DE AGAR

TRES COPAS Y UN MAL TRAGO

Se acercó al mueble bar y cogió una botella de rioja que abrió no sin dificultad. Esas cosas solía hacerlas Alex. Colocó El vino junto con dos copas en la mesa del salón y llenó una de ellas. No podía tardar mucho. Era jueves y como todos los jueves vendría directamente del trabajo, se pondría el pijama, las zapatillas y bajaría a la cocina para cenar alguna cosa antes de ponerse a ver la tele. Los martes y viernes era distinto pues esos días le tocaba paddle y no llegaba hasta mucho más tarde, las más de las veces ya cenado, listo para meterse en cama. Esa era la rutina. Siempre igual desde hacía al menos tres años.
Oscar ya tenía cinco años y se acababa de dormir, era un niño alegre y precioso. Desde que nació todo giraba alrededor suyo. La vida se había vuelto más aburrida: Ya no salían de marcha, ni iban al cine, ni compraban flores y tan solo hablaban lo necesario. Eso que llaman “amor”… se había acabado. Oscar crecía en una atmósfera tranquila donde no le faltaba de nada.
Dio un trago al vino, y luego otro. Estaba rico. Era un reserva del 94, suave en la boca, con un cierto regusto a avellanas. En realidad lo necesitaba pues de hoy no pasaría. Estaba dispuesta a dejarlo todo claro. Ya no más mentiras ni hipocresías. Ya no aguantaba más. Oscar necesitaba a su padre pero ella no necesitaba a su marido, así que no sería difícil llegar a un acuerdo.
Alex, tal y como estaba previsto no se hizo esperar. Serían casi las nueve cuando oyó la puerta de la entrada que se cerraba acompañado de unos pasos que se dirigían a la escalera.
-¡Alex!, ven al salón un momento por favor. Tenemos que hablar.
-Sí, cariño. Me pongo cómodo y ahora bajo.
Como odiaba que la llamara “cariño”… Sonaba a ironía, a mentira. Es curioso cómo una palabra tan dulce puede llegar a perder con el tiempo todo su significado, transformándose en un puñal hiriente, casi en un insulto. Esta vez no contestó nada y esperó.
-Hola cariño. ¿Pasa algo grave?
-Ya te he dicho que no me llames así Alex. No, no pasa nada grave, tan solo hablar contigo. Sírvete una copa y siéntate.
-No entiendo cómo puede molestarte que te llame cariño, además es que me sale sin pensar. No lo puedo evitar.
Por un momento la sangre se le subió a la cabeza, pero tuvo la fuerza para no contestar. No pretendía entablar otra discusión por una estupidez como esa. Esta vez quería que hablaran con frialdad y otra pelea lo estropearía todo.
-Mira, Alex, supongo que coincidirás conmigo que las cosas no nos van bien como pareja. Al menos en eso estarás de acuerdo. ¿No?
-¿Por qué dices eso? Claro que nuestra relación ha cambiado… Pero eso es hasta cierto punto normal.
-Ah, ¿Sí…? Tú ves normal que haga ya dos años que no hacemos el amor.
-No hace tanto…
-Dos años y veintisiete días exactamente. Fue por tu cumpleaños.
-Veo que llevas la cuenta. No voy a discutir pero no soy yo quien tiene la culpa de eso, quiero decir…
-No se trata de culpables. No lo hacemos porque no. No nos apetece porque ya no hay amor entre nosotros. Vamos ni amor ni nada. Nuestra vida de pareja se ha acabado.
-Pero…
-¡Déjame hablar!.
Necesitaba tranquilizarse. Sabía que si se alteraba no llegaría a buen fin y si le dejaba hablar iban a acabar mal, así que llenó las copas nuevamente y tras un breve suspiro prosiguió.
-Mira Alex. Después me rebates si quieres o expresas tu opinión pero déjame que te cuente lo que quiero decirte. No me interrumpas. ¿Vale? No hace falta que disimules más. Lo sé todo.
En ese momento se hizo un silencio. Sintió como el cuerpo de Alex se relajaba, por un momento parecía desplomar y por supuesto no tenía preparada ninguna respuesta que dar ante la contundencia de su esposa. Así que bajó la cabeza y como un niño de cinco años se puso a llorar desconsoladamente.
-Te repito que no pasa nada, no te preocupes.
Mientras le acariciaba con dulzura, continuaba hablando.
-Estoy segura que Isabel es una mujer bellísima y que te hace feliz. Yo me alegro de corazón por ti y puedes seguir disfrutándola si quieres.
Cuanto más trataba de calmarlo, más lloraba Alex.
-No es necesario que nos separemos. Seremos más amigos que nunca. Además yo también he encontrado a un chico que me gusta muchísimo. Quedamos también los martes y viernes. ¿No es fantástico? Nada ha de cambiar. Podemos seguir siendo felices.
Mientras rellenaba las copas por tercera vez, Alex comenzó a calmarse.
-Sabía que lo entenderías, por eso he decidido dar este paso. Es lo mejor para los dos. Nuestro hijo nunca sufrirá por una separación como ocurre a menudo en estos casos y seremos una familia ideal. ¿Qué te parece?... ¿No dices nada?... Piénsalo si quieres y verás cómo es la solución perfecta.
Alex parecía haberse calmado. Cogió su copa, suspiró, y bebió lentamente mientras decía:
-Ahora ya no me importa nada contártelo. Ni si me crees o no. Desde que nació Oscar no me habías acariciado como lo has hecho ahora, porque desde entonces, o quizá desde antes yo había dejado de existir para ti. Intenté muchas veces acercarme, hablarte, acariciarte, pero era imposible. Nunca te he engañado. Todas las sospechas que tú dices haber comprobado, las fui creando yo intencionadamente para producirte celos, y así llamar tu atención. No había tenido en cuenta la posibilidad de que no me quisieras o nunca quise aceptarlo. Lo siento. Me ha salido mal… Me equivoqué. O quizás no…
-Pero..
-No. Ahora sí que todo ha terminado. No más mentiras.
-Por favor. Piensa en Oscar.
-En él pienso.
Se levantó despacio. Se dirigió hasta la puerta y se marchó.
-No te vayas. Por favor.
Esas fueron sus últimas palabras. Se quedó petrificada y una idea absurda le ocupaba la mente. Por primera vez creía estar enamorándose de él.

Poemas de Pepa Parra

DÍAS DE VINO Y ROSAS


La vida habrá de darme más rosas y más vino.
Habré de ver el mar desde el puerto de Rodas
una noche de agosto calurosa y festiva.
Todavía tendré del amor las guirnaldas
enredadas al cuello, y aún dormiré en los brazos
de un dios irreverente la ebriedad y el exceso.

Aunque tal vez mi cuerpo descubra entonces marcas
del dolor, ademanes que la piel no derrota,
la vida habrá de darme mi parte del asombro.

JOSEFA PARRA


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MARTES DE FERIA


Imagínate, amor, que se enciende la noche,
súbita
ascua de desafíos y delirios.
Imagínate entonces que nos miramos, solos
nosotros en el mundo
y alrededor la música.
Que el vino nos desvela un camino secreto,
una vereda estrecha sobre la piel. Tenemos
el tiempo de un eclipse para reconocernos.
Cómo
desviarnos entonces, cómo cerrar las puertas,
cómo no comprender que hay un momento,
breve, para sentirnos infinitos.
Imagínate, amor, que es esta noche.
Cuánto
milagro entre dos cuerpos, cuánta llama,
cuánto desequilibrio.
Qué hermosura.
JOSEFA PARRA

Crónica de la cena poética MARZO 2012 a "El vino"

El viernes, 2 de marzo, nos reunimos de nuevo en la Calle Caballeros, 10, un grupo de amigos y amigas para celebrar con vino textos ( y canciones) en torno a él. Estuvimos juntos Juanjo, Belén y yo ( de los asiduos de siempre) y se unieron a esta cena y esperamos que a algunas más Jorge Garrido, Antonio Flor y Pepa Parra. Un lujazo compartir, escuchar, desnudarnos con y ante el vino. Al ser la primera vez que el grupo se reunía y para algunas personas su primer encuentro con otras, el ambiente íntimo lo fue semiíntimo pero creo que algunas que otras chaquetas y gorros fueron cayendo. Las faldas nos las dejamos en esta ocasión.


El menú de rechuparse los dedos, con Juanjo como chef y Mon como pinche consistió en :



  • Andanas de cabrales a la sidra y paté al oloroso,


  • ternera con ciruelas al Pedro Ximénez y

  • uvas con queso de tetilla y membrillo casero, acompañadas de Vino dulce Porto.

Una gozada y un placer sobre una mesa grana como el vino.



Nuestro blanco sofá compañero dio paso, después, al verdadero postre: Juanjo nos entretuvo con un relato sobre las relaciones de pareja, Mon literaturizó su parto bajo el título "Él vino" ( en fin, un poquillo de trampa y tal), Pepa nos leyó algunos de sus poemas donde el vino aparecía como eje o de refilón, Belén escribió un texto dedicado a su hermano muy emotivo y Jorge nos hizo reir con diez décimas juguetonas con el nombre de Mon y la cantidad de denominaciones de origen que lo contienen. Antonio Flor esta vez musicó un poema de Pepa y nos ofreció canciones de otros. La próxima le toca también escribir que yo sé que lo hace muy bien.

Charla agradable, intercambio de experiencias, placeres en forma de libros, autores, cantantes... y un ambiente muy relajado.

Echamos de menos a Jesús y Mimi que casi nunca se pierden una y, por supuesto, a María José que este año nos preparará una cena poética en Toulousse ¿el seis de mayo?... por si alguien más se apunta ( ¿a qué sí, meri jo?). Se rompió la familiaridad de siempre para renovarnos con nueva gente fantástica y abierta al juego de escribir, contar, deshacerse y rehacerse en palabras. Nos gustó mucho.

Antonio propuso el siguiente tema para la próxima. La muerte. Contundente. Sugerente.

Para rendirle honor hemos elegido el viernes, 13 de abril, para reunirnos de nuevo.



Y, para terminar, tras unas cuantas fotos fallidas, como cinco o seis ( el vino que ya empezaba a hacer su efecto) terminamos la sobremesa de la cena sobre las dos de la mañana, despidiéndonos, intercambiando datos los que no se conocían e hicieron buenas migas y sacándonos "la foto" elegida para recordar este día que tenéis encabezando esta minicrónica.

Gracias, amigos y amigas, como siempre, por estar y compartir. Es un lujo teneros cerca.

Y, por último, os dejo un poema que escribió Jorge Garrido tras la cena y nos envió. Me parece precioso y relata su perspectiva, complementaria y mucho más literaria que esta mía que os dejo en forma de crónica, sobre su vivencia de esta su primera cena .





CALLE CABALLEROS, Nº10

Pretendo una razón por no seguirte
y mil caminos se abren a perderme
tras tus huellas, prendido de temores,
brocales al alud de mi caducidad.

Es tu mirada un campo de tacto nuevo,
y tu presencia inadvertido abrazo
en el que me hundo, niño perdido
en el cálido hueco de otra Sara Vial
que derramara sonrisas tan fecundas
como el resurgir metáforas inquietas
en las que lo real se nos confunde
bordado en el sentir, tan sinuoso,
que nos inunda sin ser visto.

No es comulgar palabras ese motor
ni compartir manteles la agonía
que tras el postre se agigante,
viene después la Voz sin más disfraz
que la desnuda imagen de sentirnos
al desamparo grato de los versos,
ser los histriones sin guión ajeno,
pletórica y sublime nube tan real,
feliz recuerdo ya, toda contagio,
donde las despedidas sin adiós
_y besos tan locuaces como innecesarios_
nos unen más que ese otro lazo
de Muerte cierta que nos espera.
JORGE GARRIDO
(4 Mar)

"10 décimas de Mon y el vino" por Jorge Garrido

Busqué Denominaciones



de Origen que tiene el vino



y encontrélas a MONtones,



no es muy cortito el camino:



...



En caldos ya nada extraña,



consejos reguladores,



añadas y pormenores,



reflejan pródiga hazaña



de una tal MON por España



que se reparte en el mapa



como se pega una lapa



en una roca ostionera.



Comenzaré en ForMONtera,



¿Tierra firme? ¡No! ¡Isla guapa!



...



Cruzando el mar, a la vera,



esa que en cava lidera,



allí también, el MONtsán,



un pirriaque catalán



de modorra muy ligera.



Y en el vecino Aragón



también tiene nuestra MON



su firma de buena mano:



me refiero al SoMONtano,



de fría degustación.



....



No es tan lejos, galleguiña,



si tiras pal otro lao,



pues también es afamao



el de O MONte (en Santa Mariña)



parroquia de buena viña,



pan que con vino empalaga.



¡Ah, que me salgan cuatro llagas!



El de Baja MONtaná,



navarro, dejado atrás,



es un vino que te cagas,



...



Y Valdepeñas, en realidad,



se llamaba ValdeMON,



pero en tiempos del copón



alguna santa hermandad



hizo esa barbaridad:



¡cambió denominación!



_sabes que la inquisición,



lo que hace, bien está_



que también se vio afectá,



Jumilla y no JumiMON



.....



¿Y por tierras extremeñas?



¡No todo serán bellotas!



No pecaremos de idiotas



cuando hay uvas cacereñas,



más altas que las cigüeñas



en sabor y poderío,



sobran pantanos y río



frente al MONtánchez divino,



que en la dehesa este vino



te deja medio molío.



......



Sería tedioso largar,



enumerar tanta cuna



atinada y oportuna,



buen mosto y fértil lagar



en cualquier punto y lugar



que señale a la sazón,



que pasan, creo, del millón:



vinos de MONtereal,



MONtespejo, y especial



MONte Castro, suavón.



...



MONtecillo y no sé cuántos...



Vamos, que me voy a parar



en esta tierra sin par



de Andalucía y encanto:



MONastrel, uva esperanto



porque a todo el mundo une,



y ni Noé quedó inmune,



porque aquí es costumbre sana



fin de enófila semana:



sábado, domingo y lune.



....



De MONtilla, ¡qué buen plan!



o el famoso Sandeman,



que antes de la censura,



por acción de infesto cura,



tenía cierto ademán,



se perdió la SandeMON,



mujer de copa y mantón



y salió er tío de la capa,



que el vino aquí, tó lo empapa



desde Argantonio "el trompón".



...



No quiero ser tan cansino,



y, en vez de literatura,



sería de caradura



enumerar mosto y vino



olvidando el dulce o fino



de Domeq o de Caballero,



del Puerto, en Jerez es primero



lírica versión genial



con Caballero MONal



¡Lo mejor del mundo entero!



...



Este Jerez de remate,



Xerez de MONdegas buenas



que oliendo na más te llenas



o el Cherry de mil kilates,



no el otro, que es un tomate...



¡Ah, perdonen, por compasión,



que entre tanto y tanto MON,



beodo de alcohol y verso,



es detalle muy perverso,



olvidar al Don SiMÓN.



(1 Mar)

"Brindemos juntos, hermano mío", por Belén Hernández

BRINDEMOS JUNTOS , HERMANO MIO



Siéntate conmigo aquí, hermano mío

y tómate esa copa de vino bendecida

y brindemos juntos por nuestras vidas

por nuestras almas.



Porque de donde tú vienes, yo vengo,

y donde tú lloras, yo lloro

y el vino puede salvarnos.



Aquí no caben los espacios de colores,

la inexplicable locura de una historia familiar

que se pierde en la penumbra de otras tantas.



El vino va a mecernos, hermano mío

y embriagará nuestra soledad y el miedo

mezámonos en el silencio que salpica

y mécete conmigo en su ternura

dejémonos mecer y en su amargura

abracemos de la mano aquí, esta pequeña muerte

que sentimos.



Coge tu copa

dame tu mano, y brindemos

porque sé de dónde vienes

y de ahí

yo vengo.